Denodado es un adjetivo que se emplea para calificar a lo animoso, decidido o valeroso. El término deriva de denodarse, un verbo pronominal actualmente poco usado que alude a esforzarse o arriesgarse.
Energía, atrevimiento
Lo denodado, por lo tanto, evidencia energía o atrevimiento. El concepto también puede aludir al sacrificio y a la abnegación.
Lo más frecuente es que el concepto de denodado aparezca asociado al esfuerzo o al trabajo. De hecho, es difícil encontrar en los medios de comunicación o incluso en el habla cotidiana este adjetivo vinculado a otras palabras.
A continuación veremos una lista de los sinónimos que se usan con mayor frecuencia para sustituir la palabra denodado en diferentes situaciones: audaz, resuelto, decidido, diligente, osado, esforzado, emprendedor, valiente, expedito, animoso e intrépido. Como vemos, los significados de los conceptos antes mencionados se reflejan en éstos, pero vemos nuevos matices, como ser la audacia y la diligencia, entre otros aspectos que pueden y suelen caracterizar a la persona denodada.
Siempre que una palabra cuenta con antónimos (recordemos que algunas, en especial los sustantivos, no tienen otras con significado opuesto) es conveniente acudir a ellos para comprender su definición en mayor profundidad. En el caso específico de denodado podemos decir que es lo contrario a cobarde, indeciso, pusilánime y apocado. Dicho de otra manera, si existe una posibilidad, aunque mínima, de alcanzar un objetivo y el individuo piensa demasiado o decide no arriesgarse, representa lo opuesto a alguien denodado.
Algunos ejemplos
Por ejemplo: “El denodado trabajo del enviado de la ONU para impulsar un proceso de paz fue insuficiente ya que el conflicto bélico nunca cesó”, “El presidente aseguró que su gobierno está haciendo un denodado esfuerzo para reducir el gasto público”, “Siempre tratamos de ofrecer un servicio denodado para la satisfacción de nuestros clientes”.
Gracias a los sinónimos que estudiamos en el apartado anterior, podemos entender estos ejemplos sin problema. El primero habla de un «denodado trabajo» por cesar una guerra; podemos entender que se trata de un esfuerzo determinado, en el que la ONU enfocó todas sus energías y recursos. De manera anecdótica y sin que afecte el significado de esta palabra, no consiguió su objetivo.
En el segundo ejemplo, el presidente de un país dado afirma que está trabajando de manera denodada para disminuir el gasto público. Una vez más, el modo en el que lo está haciendo es por medio de una total entrega, de un compromiso sin límites. El emisor de la tercera oración, por su parte, asegura que su empresa se esmera para satisfacer a sus clientes.
El término en contexto
Supongamos que un joven, para pagar sus estudios universitarios, tiene dos empleos. De esta forma, además de asistir a clases, cumple con obligaciones laborales en dos empresas diferentes. Esto lo lleva a estudiar en horas de la madrugada y durante los fines de semana. Puede decirse que el muchacho, en definitiva, realiza un denodado esfuerzo para cursar la carrera.
Tomemos el caso de un empresario que permanece en su fábrica unas doce horas por día, hasta los sábados y los domingos. En ese lapso realiza todo tipo de actividades e incluso se capacita para lograr el crecimiento de la compañía. El trabajo denodado de este hombre, de este modo, permite que la entidad salga adelante.
Tanto el estudiante como el empresario de las dos situaciones planteadas dedican todas sus energías al cumplimiento de sus objetivos. Su entrega es poco común, y parte de una visión de futuro que los lleva a tomar decisiones arriesgadas, a sacrificar su tiempo y sus fuerzas en pos de un potencial bienestar superior que confían se hará realidad tarde o temprano.