La noción de derredor hace mención al contorno, el entorno o los alrededores de algo. Aquello que se produce en derredor de una cosa, por lo tanto, tiene lugar en sus inmediaciones o rodeándola.
Por ejemplo: “Los investigadores manejan varias hipótesis en derredor al crimen”, “Miles de manifestantes marcharon en derredor del Palacio de Gobierno con pancartas exigiendo justicia”, “No prestes atención a lo que sucede en derredor: concéntrate en lo que estás haciendo”.
Supongamos que, sorpresivamente, el entrenador de un equipo de baloncesto (básquetbol) presenta su renuncia y abandona su cargo. Ante esta situación, en los medios de comunicación comienzan a circular rumores en derredor de la situación: son versiones o trascendidos que surgen en torno a la decisión del profesional en cuestión. Una pelea con el capitán del equipo, la falta de pago del salario, una mejor oferta de otro club y un problema de salud son algunas de las posibles causas de la renuncia que mencionan los periodistas.
Si una persona ingresa a un salón y mira en derredor, por otra parte, lo que hace es observar hacia todos los ángulos. No mira solo hacia delante ni concentra su vista en un punto: por el contrario, mira a sus alrededores.
También puede entenderse la idea de derredor respecto a lo que resulta accesorio o secundario. En un partido de fútbol, lo principal es lo que sucede dentro del campo de juego. Pero en derredor de dicho espectáculo, se desarrollan múltiples hechos: la venta de camisetas, el consumo de alimentos y bebidas, las canciones y los gritos de los simpatizantes, el trabajo de los periodistas, etc.
Si bien la palabra derredor sigue vigente en nuestra lengua, en la actualidad se usa principalmente en los ámbitos literario y periodístico, ya que en el habla cotidiana se prefieren otras, como ser alrededor o incluso la expresión en círculo: «Nos sentamos alrededor del fuego», «Hicimos una fogata y nos sentamos en círculo / en derredor«.
Con respecto a la etimología de éste término, podemos comenzar por alrededor, el cual se formó por metátesis de «al derredor», invirtiendo «derre» para convertirlo en «rede». Por su parte, derredor se compone de la preposición de y del adverbio redor, el cual deriva del latín retro, que puede traducirse como «detrás».
El concepto de metátesis hace referencia a una figura de transformación que consiste en cambiar de posición ciertos sonidos dentro una palabra dada, ya sea que se atraigan o se repelan entre sí. Cuando se trata de un intercambio entre dos sonidos, el fenómeno recibe el nombre de metátesis recíproca: animalia pasó a ser alimaña. Si tan sólo un sonido cambia de lugar dentro de los límites de la palabra, entonces se habla de metátesis sencilla: integrare se convirtió en entregar.
También puede darse que los sonidos en cuestión estén uno junto al otro; en tal caso, nos encontramos ante una metátesis en contacto, tal y como sucedió con el término vidua para llegar a viuda. Si, por el contrario, las partes están separadas, e da una metátesis a distancia.
A pesar de que, como se menciona más arriba, este término no se use en el habla cotidiana, esto no significa que no encuentre un lugarcito en algún momento del día a día de las personas, más allá de las páginas de los libros y los periódicos. Tanto es así que si nos remitimos a las canciones de Navidad, lo hallaremos en una de las más conocidas de todos los tiempos: «Noche de Paz». Uno de los versos de este villancico, que fue compuesto en alemán y luego traducido a nuestra lengua, dice «todo duerme en derredor».
