En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término diluvio que ahora nos ocupa. En concreto, deriva del sustantivo “diluvium”, que puede traducirse como “desbordamiento” o “inundación”. A su vez esa palabra procede del verbo “diluviare”, que es sinónimo de “inundar”.
La primera acepción que menciona la Real Academia Española (RAE) refiere a la inundación que se produce por precipitaciones muy abundantes.
El uso más habitual del concepto, de todos modos, alude específicamente a una lluvia copiosa. Por ejemplo: “¡No salgas con este diluvio! Mejor aguarda a que frene”, “La final del torneo se jugó bajo un diluvio”, “El diluvio provocó el desborde de un arroyo y el anegamiento de varias calles”.
Se denomina diluvio universal a un supuesto fenómeno que, en la Antigüedad, consistió en la inundación de gran parte del planeta por una caída de agua sin precedentes. Esta historia mítica aparece en múltiples culturas y religiones, incluyendo al catolicismo.
La Biblia, en este marco, presenta al diluvio universal como un castigo decidido por Dios ante la maldad del ser humano. Dios, según esta creencia, se propuso eliminar a los seres vivos con el diluvio, pero indicó a Noé que construyera un arca para él, su familia y una pareja (macho y hembra) de cada animal. Quienes sobrevivieron en el arca de Noé, por lo tanto, pudieron repoblar la Tierra una vez que el diluvio finalizó.
Dentro del ámbito cultural también se ha utilizado la palabra que nos ocupa en numerosas ocasiones. Buena muestra de eso es la canción “Diluvio en mis ojos”, que es interpretada por Maka y Haze. Cuenta cómo se echa de menos a la madre fallecida, de la que se añoran tanto sus besos como sus abrazos y su presencia.
En el ámbito literario, por otra parte, también encontramos numerosos libros que llevan en sus títulos la palabra que nos ocupa. Este sería el caso, por ejemplo, de la novela “El diluvio”, escrita por el autor J.M.G. Le Clézio, que fue Premio Nobel de Literatura en el año 2008. Toma como protagonista a François Besson, un hombre que pasará trece días agónicos pensando que su muerte está cerca.
Asimismo, en el mundo del cine nos topamos con la película polaca “El diluvio”, que se estrenó en el año 1974 y que está dirigida por Jerzy Hoffman. Es un drama histórico que viene a establecer como escenario la invasión sueca en el siglo XVII de la zona de Polonia conocida como El diluvio. Está protagonizada por actores como Daniel Olbrychski y Tadeusz Tomnicki, que encabezan el reparto.
La idea de diluvio también se emplea simbólicamente respecto a la abundancia o el exceso de algo: “El jugador se retiró del campo de juego ante un diluvio de insultos del público”, “En el siglo XXI, llegó el diluvio de títulos: el equipo obtuvo ocho campeonatos en nueve años”, “El cantante recibió un diluvio de elogios al anunciar que donará a una institución benéfica lo recaudado en su último concierto del año”.
