Dirigente es aquel que dirige. El verbo dirigir, por su parte, refiere a llevar algo hacia un término o lugar señalado; guiar; encaminar la acción y la intención a un determinado fin; gobernar; regir el manejo de una empresa; orientar; o aconsejar la conciencia de alguien.
El concepto de dirigente, por lo tanto, suele asociarse a la persona que está a cargo de manejar o gobernar un determinado emprendimiento. Puede decirse que un dirigente es la cabeza o el líder de un proyecto, teniendo a personas que lo siguen o que respetan sus decisiones al reconocerlo como tal.
Por ejemplo: “El dirigente sindical se reunirá con el empresario para acordar un nuevo convenio salarial”, “Toda mi vida he sido militante de este partido político, pero no estoy preparado para convertirme en dirigente”, “Un grupo de desconocidos atacó al dirigente comunista, quien terminó hospitalizado”, “Un dirigente del club está siendo investigado por un posible caso de corrupción”.
Dirigente empresarial
Desde un punto de vista empresarial, también se usa el término dirigente para referirse, concretamente, a aquella persona que se encarga de tomar las decisiones acerca del rumbo de una empresa en pro de que esta sea próspera, logre los resultados esperados e incluso los supere, trayendo consigo numerosos beneficios para sus dueños y socios.
En este sentido, los expertos en la materia indican que todo dirigente empresarial es fundamental que cuente con una serie de cualidades o características: debe tener la capacidad de crear equipos de trabajo competentes y de gestionarlos de manera correcta; poseer iniciativa estratégica; buscar resultados para alcanzar el éxito; y ser alguien íntegro, apasionado de su trabajo y perseverante… Todo ello sin olvidar que se hace necesario que cuente con flexibilidad personal para adaptarse a las distintas circunstancias; sea capaz de influir en sus trabajadores y compañeros; cuente con comprensión organizativa; e inspe a los demás para que apuesten por el crecimiento de toda la empresa.
Capacidad de liderazgo
Es importante que el dirigente tenga capacidad de liderazgo. Su función requiere que pueda influir en la conciencia y en la conducta del grupo de personas que están a su cargo o bajo su órbita, logrando que todos los individuos trabajen en conjunto para conseguir objetivos en común. Tomemos el caso de un dirigente político, opositor al gobierno, que desea impulsar una protesta frente a la Casa de Gobierno por un aumento de impuestos. Si los militantes de su partido desconocen el liderazgo de este dirigente, es probable que la manifestación sea un fracaso y que asistan pocas personas.
No podemos olvidar la existencia de lo que se conoce como clase dirigente. Este es un término que se viene a utilizar para hacer referencia a todo el conjunto de personas que son las encargadas de llevar a cabo la política de un país determinado. En este sentido podríamos decir que esa clase social es la élite de poder de una nación, que, por ese motivo, cuenta con un status más elevado que el resto de la sociedad.