En la genética de organismos diploides, un alelo es dominante para un gen dado cuando produce el mismo efecto fenotípico sobre un carácter, más allá de que los alelos estén en dosis simple (heterocigoto) o doble (homocigoto). Por ejemplo: si un alelo A es dominante sobre un alelo a, la forma homocigótica AA y la heterocigótica Aa generan el mismo fenotipo.
La dominancia puede ser completa (cuando la expresión fenotípica del homocigoto dominante y del heterocigoto es idéntica) o incompleta (cuando la expresión del heterocigoto es sólo parcial, y por lo tanto inferior, a la del homocigoto). Cuando el heterocigoto ostenta una expresión mayor que el homocigoto dominante, se habla de sobredominancia.
Mendel y la dominancia
El concepto de dominancia lo debemos en principio al llamado «padre de la genética«, el fraile agustino Gregor Mendel, nacido en el año 1822 en la actual República Checa. Uno de sus trabajos más destacados fue el compendio que hoy en día conocemos con el nombre de leyes de Mendel, las cuales ideó tras varios experimentos usando guisantes (arvejas o, según su nombre científico, Pisum sativum). Gracias a estas leyes podemos hablar de la herencia genética.
Mendel fue el primero en usar este término, durante la década de 1860. Sin embargo, su popularidad no alcanzó altos niveles hasta comienzos del siglo siguiente. Resulta curioso saber que sus investigaciones se centraron en la reproducción de plantas y demás productos vegetales, aunque más adelante la ciencia le debería un número de descubrimientos de vital importancia también para el reino animal. Cabe señalar que ciertos términos como alelo, gen, genotipo, fenotipo, heterocigoto y homocigoto no figuran en sus trabajos, sino que se acuñaron más adelante.
El concepto en la etología
Para la etología, la dominancia es la posesión de un alto estatus social dentro de un grupo de animales que exhibe una organización social jerárquica.
Esta jerarquía suele ser alcanzada y sostenida mediante la agresión de los individuos dominantes hacia los inferiores. El animal dominante es denominado por los especialistas con la letra griega alfa.
La dominancia según la ecología
En la ecología, una especie es dominante cuando ejerce una gran influencia sobre la composición y la forma de una comunidad. Se trata de especies de gran éxito ecológico y abundantes dentro del grupo comunitario.
Las especies dominantes pueden ser consideradas en función de los diferentes niveles tróficos. La noción de dominancia mantiene una relación inversa con la de diversidad: a mismo número de especies, cuanto mayor sea la dominancia de una o varias especies, menor será la diversidad.
La jerarquía como mecanismo de supervivencia del grupo
Cabe destacar que, en las comunidades marinas, existe una cierta relación directa entre la riqueza y la dominancia, ya que, a mayor número de especies, se hacen relativamente más abundantes las especies más comunes.
Esto lo podemos observar en muchas especies, e incluso en la nuestra si somos capaces de pasar por alto las capas de distorsión que la organización moderna ha impuesto sobre nuestros orígenes naturales. Los seres vivos que se organizan en grupos o comunidades jerárquicas no lo hacen por capricho ni por gusto, sino porque realmente lo necesitan, porque es el mejor modo en el que pueden relacionarse con su entorno en la eterna lucha por la supervivencia.
El ser que exhibe la mayor dominancia en un grupo de animales, como ser los lobos, es aquel que realmente posee características y habilidades superiores: es el más intuitivo, el más fuerte, el que toma las mejores decisiones para guiar y mantener a salvo al grupo, para conseguir el alimento y organizar la reproducción sexual. Como todo en la naturaleza, las jerarquías no son estáticas, sino que con el tiempo surge otro individuo que puede ocupar el lugar del dominante, y para ello debe probar su superioridad.