Un ecosistema es un ambiente específico donde los procesos vitales de un grupo de seres vivos se encuentran interrelacionados. Los factores bióticos (como los animales, las plantas y los microorganismos) y los factores abióticos (el aire, el agua) forman parte de ese ambiente compartido.
Los organismos interdependientes que componen dicha unidad establecen cadenas alimenticias, que son corrientes de energía y nutrientes producidas por medio de la nutrición (una especie se alimenta de la que la precede en la cadena y, a la vez, es comida por la que la sigue).
Clasificación según el tipo
La noción de ecosistema, por lo general, está asociada al ecosistema natural, donde lo biótico y lo abiótico se encuentran en equilibrio sin intervención del hombre. De todas formas, hay que destacar que existen los ecosistemas artificiales, que son creados por el ser humano y que no existen en la naturaleza. Un invernadero, un dique y una pecera, por ejemplo, son ejemplos de ecosistemas artificiales.
La aceptación más amplia del concepto de ecosistema artificial incluye a los asentamientos urbanos como las ciudades, pese a que éstos presentan varias diferencias con los ecosistemas naturales.
Características de un ecosistema artificial
Entre las principales señas de identidad que son propias de cualquier ecosistema artificial tenemos que decir que se encuentra el hecho de que cualquier aspecto o condición del citado ecosistema puede ser modificado por la voluntad y la acción del hombre. De esta manera, por el ejemplo el suelo sería una de esas condiciones modificables ya que el ser humano lo altera con fertilizantes, cambia los cultivos que en él se desarrollan…
Otra de las características principales que tiene un ecosistema artificial es el hecho de que en él el individuo necesita proveerse de fuentes de energías artificiales, además de la que tiene a través del Sol. Y es que gracias a aquellas es como podrá hacer funcionar los distintos dispositivos que posee para sobrevivir tales como las calderas o la iluminación.
Factores bióticos y abióticos
Asimismo tampoco hay que olvidar que dentro de este tipo de ecosistema que estamos analizando en mayor profundidad existen una serie de elementos que se dan llamar en bióticos o abióticos. En concreto se establecen tres grandes grupos:
Factores bióticos. Dentro de esta clasificación se incluyen tanto los animales que en aquel se crían como las plantas que se cultivan.
Factores abióticos naturales. Por su parte, bajo dicha denominación se encuentran elementos tales de la madre Naturaleza como son la tierra, el agua, la lluvia o el aire.
Factores abióticos. En este caso, con este término se hace referencia a construcciones llevadas a cabo por el hombre como las viviendas, las presas, los puentes o los edificios en general.
De un ecosistema natural a un ecosistema artificial
La modificación de un ecosistema natural por parte del hombre también puede generar un ecosistema artificial. Un ecosistema natural que sufre la extinción de una especie por la acción humana ya pierde su condición original, por lo que puede pasar a considerarse como un ecosistema artificial o, al menos, un ecosistema natural modificado.
Hay que tener en cuenta que la modificación de los ecosistemas naturales suele traer consecuencias como la desertización y el surgimiento de plagas, afectando la biodiversidad y los recursos de la naturaleza.