La etimología de encriptar nos remite a la expresión inglesa to encrypt, a su vez derivada del vocablo griego enkrýptein (que puede traducirse como “ocultar”). En concreto, ese término griego podemos establecer que es el resultado de la suma de dos componentes bien diferenciados: el prefijo “en-”, que puede traducirse como “en el interior”, y el verbo “krypto”, que es sinónimo de “ocultar”.
La acción de encriptar consiste en copiar un mensaje utilizando una clave.
Cabe recordar que una clave es un código de signos que se interpretan según determinadas correspondencias y reglas. Al encriptar un texto, se apela a un código para que su contenido solo resulte accesible a aquellos que conocen las normas que regulan la clave en cuestión.
Encriptar, en definitiva, consiste en cifrar: es decir, en transcribir un texto en signos (letras, números, etc.) de acuerdo con una determinada clave. De este modo es posible proteger su contenido.
Se denomina criptografía a la técnica y la especialidad consistente en encriptar. Gracias a la criptografía, se puede transformar un texto con una clave de cifrado, volviéndolo incomprensible a quienes no disponen de la clave de descifrado.
Uno de los métodos más simples para encriptar un texto es a través de la sustitución de caracteres. Supongamos que deseamos encriptar la siguiente expresión: “Nos encontraremos en el parque a la medianoche de hoy”. Apelando a un cifrado por sustitución, podríamos transcribir el mensaje reemplazando cada letra por aquella que le sigue en el orden alfabético. El resultado sería el siguiente: “Opt fodpousbsfnpt fo fm qbsrvf b mb nfejbopdif ef ipz”. Como se puede advertir, el mensaje resultante no puede comprenderse a menos que se disponga de la clave de descifrado, que implica sustituir cada letra por la precedente en el abecedario.
Hoy, por ejemplo, se puede recurrir a encriptar los distintos dispositivos tecnológicos que forman parte de nuestra vida. Así, por ejemplo, hay quien opta por hacer eso con su teléfono móvil como una manera de conseguir que no haya terceras personas que puedan acceder a sus datos (datos bancarios, números de teléfono de contactos, direcciones de correo electrónico, conversaciones, imágenes y vídeos…). Es decir, protege los mismos de cualquier sistema espía y también es útil para que si alguien roba el smartphone no pueda tener libre acceso a esa información.
La manera de encriptar un smartphone pasa no solo por establecer un patrón o un PIN en la pantalla de bloqueo sino también por usar una contraseña o apostar por, desde la opción “Seguridad” del apartado “Ajustes”, iniciar el proceso de encriptación.
Los únicos aspectos negativos de tomar la decisión de encriptar el teléfono móvil es que el rendimiento de este será más lento si se trata de un modelo de gama media-baja y que es un proceso que lleva bastante tiempo. Es más, también se considera una desventaja que si se quisiera restablecer la encriptación lo que habría que hacer es volver a restablecer la configuración de fábrica.