En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término ensanche. En concreto, hay que saber que deriva del verbo «examplare», que significa «hacer más ancho» y que es fruto de la suma de los siguientes componentes léxicos:
-El prefijo «ex-«, que puede traducirse como «hacia fuera».
-El adjetivo «amplus», que es sinónimo de «ancho».
-El sufijo «-ar», que se usa para darle forma a verbos.
Se llama ensanche a una ampliación o una prolongación de algo. El término se utiliza en el contexto del urbanismo en España para nombrar a la superficie que, ubicada en las afueras de una ciudad, se destina al desarrollo de nuevos edificios. Por extensión, también se denomina ensanche al conjunto de las construcciones levantadas en una zona de este tipo.
Puede decirse que un ensanche es una región urbana que se encuentra en la afueras de una localidad, creada por lo general a través de una acción de urbanismo planificado. Muchas veces los ensanches surgen cundo una ciudad comienza a crecer y necesita ampliarse.
Los orígenes de los ensanches se hallan en el crecimiento de la población y en la aparición de actividades que necesitan un uso más intensivo del suelo. Esto llevó, en la antigüedad, a demoler los muros que protegían a las ciudades medievales para favorecer su expansión.
El Ensanche de Barcelona, en España, se desarrolló a mediados del siglo XIX. Actualmente se trata del distrito más poblado de la capital catalana, con más de 260.000 habitantes. Ideado por Ildefonso Cerdá, alberga la Gran Vía de las Cortes Catalanas, la rambla de Cataluña, la Casa Battló, el Auditorio de Barcelona y la Basílica de la Sagrada Familia, entre otros lugares de gran importancia.
La Plaza Gaudí, la calle de Balmes o la Plaza de la Sagrada Familia son otros de los enclaves más importantes que se encuentran del famoso Ensanche de Barcelona, donde pueden encontrarse, además, una gran variedad de alojamientos turísticos tales como hoteles, de cines, de restaurantes e incluso de locales para degustar la gastronomía catalana y española.
Carlos María de Castro, por otra parte, fue el responsable del Ensanche de Madrid. Con este ensanche, surgieron barrios como Argüelles y se hizo necesaria la construcción de una arteria como la Gran Vía para facilitar los traslados. El Ensanche de Madrid también contribuyó a un fenómeno social que llevó a las familias de las clases altas a alejarse del centro de la ciudad para instalarse en las flamantes zonas urbanas.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto tampoco la existencia del Ensanche de Bilbao, que tiene su origen a principios del siglo XX, concretamente el primer proyecto que se llevó a cabo sobre el mismo es de 1801 y fue planteado por el arquitecto aragonés Silvestre Pérez.
Desde entonces, fueron varios los proyectos que se presentaron y ejecutaron, con interrupciones debidas a las distintas guerras, a lo largo de los años.
En Vigo también está su famoso Ensanche, que se considera que hoy viene a representar la parte señorial de la ciudad. Y es que en él fue donde, durante el siglo XIX, construyeron sus relevantes casas los conserveros de origen catalán.