Un estruendo es un ruido potente que genera conmoción. Cuando un individuo escucha un estruendo, dicho sonido le llama la atención por sus características particulares. Por ejemplo: “¿Qué fue ese estruendo? Sonó como una explosión”, “Al derrumbarse el edificio, el estruendo se oyó en todo el barrio”, “Nunca olvidaré el estruendo que hizo el helicóptero al desplomarse en el campo”.
Las explosiones y los estallidos provocan estruendo. Si algo explota, libera de forma repentina y con violencia energía sonora, lumínica y calórica. Esas ondas se propagan en el espacio y pueden recorrer grandes distancias.
Supongamos que un grupo terrorista hace explotar una bomba en medio de una ciudad. El estruendo que produce la detonación seguramente se oirá en varios barrios, incluso alejados algunos kilómetros del lugar de la explosión.
Un choque entre dos automóviles que circulaban muy rápido, una casa que se derrumba debido a una falla en su estructura, un avión al despegar y un tren en movimiento también producen estruendo.
En ocasiones un estruendo se produce cuando muchas personas se manifiestan de forma simultánea. En un partido de fútbol, cuando un jugador anota un gol y quienes están en el estadio gritan y celebran a la vez, se genera un estruendo. Lo mismo ocurre al inicio de un concierto cuando los artistas aparecen en escena y la gente expresa su alegría.
Un estruendo, en definitiva, es un ruido que altera la tranquilidad. Debido a la intensidad del sonido, un sujeto que está durmiendo puede despertarse ante un estruendo, por ejemplo.
Al estudiar de cerca su etimología, descubrimos que el término estruendo deriva de la palabra latina tonitrus (que se define como «trueno«) precedida del prefijo, también latino, ex-. Para llegar a la forma -truendo, el vocablo del latín tuvo que atravesar varios fenómenos, entre los que se encuentran la metátesis de la erre, la sonorización de la te entre dos vocales, la síncopa que provocó la caída de la i y la diptongación de la o.
De acuerdo con la investigación de Joan Coromines i Vigneaux, un filólogo y etimólogo nacido en Barcelona en el año 1905, el elemento es- de la palabra estruendo surgió por analogía con otras muchas también provenientes del latín que se usan para describir ruidos de gran fuerza, como son estallido, estampido y estrépito. Coromines llegó a esta deducción dado que no encontró ningún rastro de formaciones vulgares como «extonitrare» en el latín.
El término latino tonitrus también dio lugar al nacimiento de tronera, tronido y trueno, más ejemplos de conceptos asociados con el ruido en nuestra lengua. Para encontrar su origen debemos remitirnos al verbo tonare (que en nuestro idioma se puede entender como «tronar»), del cual asimismo recibimos «atuendo» y «detonar«. Este verbo está vinculado a sustantivos como «trueno» y a verbos como «retumbar».
Además del sustantivo estruendo, tenemos a nuestra disposición el adjetivo estruendoso, que nos sirve para hace referencia a un ruido con la característica de ser especialmente retumbante, potente y ensordecedor. Dado que en su significado se encuentra implícito el concepto de ruido, hablar de «ruido estruendoso» puede parecer redundante, pero sirve para hacer énfasis en su potencia y en los efectos que causa en los oyentes. Con respecto a su uso en el habla cotidiana, no es tan común, sino que se prefieren términos más simples, como «fuerte» o «potente».
En el universo de Pokémon, una serie de videojuegos japoneses de considerable popularidad a nivel mundial, existe un movimiento de sonido llamado estruendo, que sirve para causar daño y no acarrea efectos secundarios. Si se ejecuta en un combate doble o triple, alcanza a todos los Pokémon que se encuentren en una posición adyacente al usuario.
