El concepto de estuco, que procede del término italiano stucco, refiere a una masa que se forma mezclando agua de cola y yeso blanco, de acuerdo a la primera acepción mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario.
El estuco también puede ser una pasta creada con polvo de mármol y cal apagada, a la cual en ocasiones se le añade yeso, alabastro u otras sustancias. Cuando el hidróxido de calcio que está presente en la cal entra en contacto con el dióxido de carbono, el estuco se endurece.
Por sus características, el estuco suele utilizarse para revestir techos y paredes. El material, por otra parte, puede pulirse, tallarse o modelarse para crear diversas figuras o lograr efectos decorativos.
De acuerdo al mortero utilizado, el estuco adquiere distintas texturas. Por eso puede adaptarse a diversas formas y clases de construcción. El estuco, además, contribuye a la impermeabilización.
En la época del Renacimiento, el estuco se empleaba a modo de complemento arquitectónico. En los muros de los templos, por ejemplo, se solían pintar figuras con estuco blanco. El estuco coloreado, por otro lado, se usaba en la decoración de castillos y palacios.
Uno de los estucos más conocidos es el llamado estuco veneciano, que surgió a inicios del siglo XV en Venecia. Su acabado resulta similar al mármol pulido, y se destaca por las múltiples tonalidades que puede alcanzar. El estuco veneciano es elástico, tiene una gran resistencia y se aplica con facilidad.
De acuerdo al material sobre el cual se desee aplicar, el estuco debe tener distintas propiedades. En mármol se recomienda un estuco duro ya que se puede someter al pulido, por citar un caso, mientras que en madera el estuco debe ser flexible para no agrietarse.
Para usar el estuco correctamente y conseguir el acabado deseado, se deben aplicar varias capas con ayuda de una espátula, gracias a la cual se puede alisar el material hasta que la superficie quede pulida y brillante. Además de la dificultad que acarrea su aplicación, es importante saber cómo limpiar el espacio de trabajo una vez finalizado el proceso para mantenerlo.
Entre los beneficios del estuco veneciano se encuentra el hecho de que previene la formación de moho en sitios húmedos, razón por la cual es posible aplicarlo en el cuarto de baño, aunque no en el espacio de la ducha. El estuco puede darnos resultados estupendos en varias situaciones diferentes, pero requiere un mantenimiento para evitar que todo el trabajo se eche a perder, y esto debemos hacerlo aproximadamente cada dos años. Los pasos para limpiar el estuco son los siguientes:
* desengrasar el muro y quitar todo rastro de polvo. Para ello podemos hacer uso de agua caliente y jabón neutro;
* esperar que se seque la superficie antes de continuar;
* con ayuda de una gasa, pasar un producto de cera específico para este fin, que se puede conseguir en tiendas como ferreterías y supermercados;
* pasar una capa delgada y uniforme;
* con un guante de lana, pulir la superficie realizando movimientos circulares para dejarla brillante, más fácil de lavar y evitar que se deteriore el estuco.
Como puede apreciarse, el estuco veneciano ofrece muchos beneficios, y entre ellos también se encuentra que resulta muy fácil de lavar. Pero la gente suele escogerlo por sobre otros porque ofrece acabados muy brillantes que permiten decorar diferentes espacios, como ser columnas, paredes e incluso chimeneas. Algunas personas se decantan por el falso estuco, que consiste en una pintura que simula el estucado verdadero. Si bien es más fácil de aplicar, requiere algo de empeño y habilidad para que el resultado luzca como si se hubieran pasado varias capas de estuco.