Euskera es un término que alude a la lengua vasca. De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), el concepto también puede escribirse como eusquera.
El euskera o vasco es un idioma cuyo origen es desconocido. Se lo habla en la Euskal Herria (nación vasca), que incluye a la comunidad autónoma española del País Vasco, a una parte de la comunidad foral de Navarra (también en España) y al Iparralde (País Vasco francés).
Es importante indicar que, en España, el euskera es una lengua cooficial del País Vasco y del área vascófona de Navarra, junto al castellano. En el territorio francés, en cambio, no tiene ese reconocimiento. Esta lengua aislada –ya que no se le registra vínculo genético o genealógico con otros idiomas– también se habla en otros países europeos y en América gracias a la diáspora vasca.
Historia del euskera
El euskera es la lengua viva de mayor antigüedad en todo el continente europeo. Si bien su origen es incierto, se cree que habría surgido en la Edad de Piedra, más precisamente en el periodo Neolítico, aunque algunas teorías indican que incluso podría haber irrumpido antes.
Como ya indicamos, no se reconoce su pertenencia a ninguna familia lingüística. Hay estudiosos que creen que podría tener una filiación con el aquitano, una lengua muerta que hablaban los aquitanos en la región de los Pirineos. También se lo relaciona al idioma íbero, otra lengua muerta.
El euskera logró atravesar los milenios sin desaparecer como le ocurrió a numerosas lenguas. Se considera que “Linguae Vasconum Primitiae”, una obra de Bernart Etxepare publicada en 1545, fue el primer libro escrito en euskera.
Al comienzo del siglo XX, el euskera alcanzó un apogeo con el primer congreso de Sociedad de Estudios Vascos Eusko y con la fundación de la Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia). Sin embargo, con el franquismo, el vasco empezó a ser perseguido.
La persecución del franquismo
Frente a la pluralidad de idiomas en España, Francisco Franco se propuso imponer el castellano en la totalidad del territorio nacional, prohibiendo el resto de las lenguas que se hablaban en el país. Así, el euskera pasó a la clandestinidad, convirtiéndose en una seña de resistencia para los vascos.
A partir de 1960, se fortaleció ese vínculo entre el euskera y la identidad vasca, con un rol importante de cada ikastola (escuela en euskera) destinada a enseñar el idioma a los niños. Los adultos, en tanto, aprendían la lengua en la gau-eskola, antecedente del euskaltegi (escuela de euskera) de la actualidad.
En aquella época, el euskera se hablaba sobre todo en pueblos y zonas rurales. En las ciudades, se limitaba a un uso doméstico debido a la prohibición y a los mayores controles. De todos modos, se calcula que más de 8.000 alumnos aprendían en las ikastolas de funcionamiento clandestino.
Con el desarrollo de ETA (Euskadi Ta Askatasuna), una agrupación terrorista que promovía la independencia de Euskal Herria, el euskera se politizó y empezó a ser asociado con el nacionalismo vasco. De hecho, las pintadas que realizaban sus simpatizantes y las cartas extorsivas y amenazas que firmaban sus miembros se hacían en este idioma.
Más allá de esta cuestión, y del rechazo mayoritario hacia ETA incluso después del fin de su lucha armada, el euskera se volvió un símbolo contra Franco y logró posicionarse como un componente central de la cultura vasca, una realidad que se mantiene hasta la actualidad fomentada por la política lingüística del gobierno vasco y el bilingüismo en Euskadi.
La normalización lingüística del euskera
La normalización lingüística supuso un hito en la historia del euskera. Recién en 1968 se acordaron las bases para la estandarización del idioma y surgió el euskera batua (vasco unificado) como norma del euskera escrito.
El euskera batua, aprobado por la Real Academia de la Lengua Vasca, se basa en diversos dialectos vascos. Si bien estos dialectos se siguen empleando en el lenguaje informal, el euskera batua se usa en el ámbito educativo y en la administración pública.
Con el euskera batua se buscó facilitar la comprensión entre todos los vascos. A nivel académico se realizó el trabajo de normalización de la lengua estándar y luego el resultado se transmitió a la comunidad mediante los medios de comunicación y las escuelas, favoreciendo su adopción por una gran cantidad de hablantes.
Entre los detractores del euskera batua, hubo sectores nacionalistas y tradicionalistas que consideraban que la estandarización iba a atentar contra los localismos. También integrantes del universo de la literatura expresaron su disconformidad con los criterios de unificación.
Sin embargo, hoy se suele destacar que el euskera batua contribuyó y contribuye a garantizar la subsistencia de la lengua, al hacer que llegue a instancias y estamentos oficiales. Además la normalización le otorgó un mayor prestigio. Por otra parte, se sostiene que este vasco unificado no significó la desaparición de los dialectos, ya que cada hablante puede elegir cómo se expresa según el contexto y su preferencia.