Execrable es aquello que, por sus características o su condición, es susceptible o merecedor de execración. El término tiene su raíz etimológica en el vocablo latino exsecrabĭlis.
Merecedor de críticas
Para comprender a qué alude la idea de execrable, por lo tanto, primero hay que centrarse en el concepto de execración. Así se denomina al acto y el resultado de execrar: maldecir, denigrar o reprobar algo.
Algo execrable, por lo tanto, recibe vituperaciones y críticas. Puede tratarse de una acción, una actitud, un comentario, etc., o incluso de una persona.
Algunos ejemplos
Comencemos por estudiar las siguientes oraciones para ver el término en contexto: “La mayoría de los dirigentes políticos de este país son execrables, sólo quieren enriquecerse y no se preocupan por el bienestar del pueblo”, “El execrable discurso del presidente fue condenado por la oposición y por gran parte de la sociedad”, “Que hayan decidido encerrar en jaulas a quienes tratan de cruzar la frontera en busca de una vida mejor me parece una iniciativa execrable”.
La primera oración nos muestra una afirmación que resulta bastante común en muchos países, dada la dificultad que acarrea representar a un pueblo desde el gobierno, sobre todo cuando entra en juego la corrupción y la falta de comunicación. El descontento por las decisiones y las mentiras de los dirigentes políticos es un tema de todos los días en los medios de comunicación de gran parte de Occidente, pero se trata de un ciclo sin fin: los ciudadanos eligen a sus representantes mediante la votación, y luego critican su forma de gobernar.
Claro que si los gobernantes fueran honestos, este problema no existiría: nadie los tildaría de execrables si se dedicaran de manera legítima a proteger a su pueblo. El segundo ejemplo incide nuevamente en el mundo de la política, aunque en este caso el objeto execrable es un discurso que da un presidente: tanto los ciudadanos como la oposición hacen público su descontento con respecto a sus palabras. No es raro que desde el ámbito político ciertos temas de gran importancia se traten con falta de tacto, y esto despierta fuertes y merecidas críticas por parte del pueblo.
Por último, tenemos uno de los temas más preocupantes del mundo actual: el odio hacia los inmigrantes. Millones de personas se ven obligadas a abandonar su país en busca de una vida mejor, de las oportunidades que no reciben en el suyo. Lo hacen con el deseo genuino de buscar trabajo y mantenerse de manera honesta, pero lamentablemente suelen encontrarse con desprecio y un gran número de barreras, si dejar de mencionar la violencia desmedida.
Más situaciones
Supongamos que un hombre mata a golpes a su novia, la descuartiza y luego incinera los restos. Al trascender la noticia, nadie duda en calificar el crimen como execrable. Hasta puede decirse que el femicida, por su brutalidad, es en sí mismo un sujeto execrable.
El abuso, en cualquiera de sus formas, es un ejemplo clarísimo de acto execrable. Ya sea contra una mujer, un hombre o, peor aún, un niño, nadie debería invadir la libertad del otro, hacerle daño arbitrariamente, torturarlo. Somos la única especie que atenta contra sus propios individuos, y por eso tenemos tantos problemas que no encontramos en ninguna de las demás.
Tomemos ahora el caso de un periodista que recibe dinero de un alcalde para inventar noticias y ocultar otras. Este individuo no cumple con el rol social que debe tener un comunicador y evidencia su falta de ética. Por eso se podría sostener que desarrolla un trabajo execrable, ya que engaña a la comunidad a la cual debería informar con veracidad.