La idea de facticidad alude a la condición de fáctico. Lo fáctico, por su parte, es aquello vinculado a los hechos o que se fundamenta en ellos.
Innegable, evidente
Como se puede advertir, antes de avanzar con el concepto de facticidad, resulta indispensable definir qué es un hecho. Así se denomina a algo que sucede o a una acción.
La facticidad, en este marco, se sustenta en hechos. Está dada por algo que no puede negarse, en tanto resulta evidente o comprobable que sucede o sucedió. Para vivir de forma efectiva, superando los obstáculos pasajeros y alcanzar la plenitud, es necesario saber distinguir lo fáctico de lo que sí puede alterarse mediante nuestros actos.
Supongamos que la riqueza de tres individuos, si se suma el patrimonio de cada uno, asciende a dos millones de pesos. Al año siguiente, esa cifra se duplica y alcanza los cuatro millones de pesos. La facticidad indica que la riqueza del grupo, en el periodo analizado, creció: es un hecho demostrable mediante estadísticas, informes, etc. De todos modos, tal vez uno solo de los sujetos haya registrado un gran aumento patrimonial, mientras que los otros dos pueden haberse empobrecido.
En filosofía
En el terreno de la filosofía, la facticidad refiere al carácter contingente de ciertos hechos. Se trata de la condición de lo que tiene existencia de hecho.
Puede decirse que la facticidad es una realidad que, por más que sea desatendida o pase inadvertida, tiene existencia. De acuerdo a algunas perspectivas, la facticidad es lo que se entiende que no puede ser modificado.
Siguiendo con esa línea de pensamiento, no importa lo que una persona haga: la facticidad hace que esa cosa en particular siga existiendo tal como está o tal como es. Por lo tanto la facticidad queda fuera del ámbito de las posibilidades.
Facticidad y validez
Uno de los grandes nombres del ámbito de la filosofía y la sociología que surge cuando hablamos de facticidad es el de Jürgen Habermas, nacido en la ciudad de Düsseldorf, Alemania, en el año 1929. Entre sus diversas ocupaciones e intereses, que incluyen la participación de diferentes academias lingüísticas, artísticas y científicas, Habermas escribió diversas obras desde el año 1962 hasta 2005; uno de ellos, que data de 1992, se titula Facticidad y validez.
A partir del año 1989, luego de la caída del Muro de Berlín, Habermas comenzó a enfocarse en temas de carácter filosófico legales y políticos. La obra Facticidad y validez es la más destacada de su legado literario, ya que no tuvo precedentes en tratar la filosofía jurídica pero inmersa en la teoría crítica que asociamos con la Escuela de Frankfurt. Así como había hecho antes y volvió a hacer con sus posteriores trabajos escritos, Habermas plasmó su propia visión en la que presenta las teorías en un terreno abierto a la discusión.
Su interés principal era el rol que desempeñaba el derecho en las sociedades de aquel entonces. En su opinión, la ley existe con el objetivo de justificar los actos de manera sistemática, así como de interpretar los sucesos y actuar en consecuencia. Además, cumple un papel de integración social. Es importante recordar que la sociedad llamada «moderna», ya desde aquel entonces, volvió incompatibles la imposición de sanciones por medio de la violencia o la fuerza con las convicciones que surgen del uso la razón.
La intención de Habermas es observar el derecho tomando dos puntos de vista complementarios, uno empírico y uno normativo. De este modo, puede afirmar que el derecho respeta su propio contenido basado en un número definido de normas, a la vez que desde el exterior se lo puede describir como una parte de la realidad social.