En el ámbito de los videojuegos, es habitual que se empleen palabras en inglés, incluso en los países hispanohablantes. De hecho, a los jugadores se los conoce como gamers.
Así, podemos encontrar conceptos como farmear. Se trata de la adaptación del vocablo farming, que puede traducirse como “agricultura”. Su utilización habitual, sin embargo, está algo alejada de su significado original.
Qué es farmear
En sus orígenes, farmear aludía a recolectar aquellos elementos que, en el marco de un videojuego, permitían recuperar energía o mejorar el estado (como plantas o frutas). Hoy, la noción se usa en un sentido amplio para nombrar a cualquier acción que sirva para la obtención de un cierto beneficio.
Completar una misión, alcanzar un título o matar enemigos son actividades que se enmarcan en la idea de farmear. La finalidad de estos actos es conseguir puntos, experiencias o elementos que redunden en una mejora del personaje elegido o en un avance.
Puede decirse que habitualmente farmear supone la repetición de una mecánica para captar una recompensa. Dichos procedimientos pueden no tener una vinculación directa con el objetivo central del juego, aunque son necesarios para llegar a la victoria al final.
Consejos y estrategias
Los expertos en este terreno realizan una serie de recomendaciones para farmear con éxito. Una de las claves que mencionan es la recolección de objetos que contribuyen a la tarea en sí mismo, ya que brindan una mayor capacidad de daño, otorgan velocidad, etc.
En los juegos en equipo, en tanto, se sugiere avanzar en grupos reducidos para que el botín se reparta entre pocos jugadores. Aunque un conjunto de más miembros puede derivar en un aumento del daño infligido, lo que se obtiene individualmente es menor.
Ejemplos de farmear
Farmear es necesario en “Final Fantasy”, “Dragon Quest” y otros videojuegos. Supongamos que, en una cierta instancia de la partida, nos encontramos con un enemigo al cual no estamos en condiciones de vencer debido a su poder.
En este contexto, se hace necesario farmear. Así, lo adecuado es dirigirse a otra zona para enfrentarse a enemigos de menor poderío. Al derrotarlos, se consiguen los puntos de experiencia que llevan a un nivel más alto y que, por lo tanto, sirven para volver a desafiar al enemigo más vigoroso.
Sus efectos en el juego
Si bien farmear se acepta como parte de la dinámica de los juegos, en ocasiones se producen conflictos por este tipo de tareas. Cuando la propia lógica de la partida lleva a farmear, se toma como algo natural y que contribuye al entretenimiento.
En cambio, cuando un jugador viene avanzando progresivamente de nivel pero, de repente, por una subida abrupta se ve forzado a retroceder, farmear se vuelve negativo. En estos casos, farmear puede aburrir o hasta frustrar a aquel que tuvo que regresar a un punto precedente antes de proseguir con su progreso.
Farmear, en definitiva, puede considerarse como un paso previo a la consecución de algo. Se entiende que el esfuerzo que se invierte en farmear después se transforma en una ganancia que, de otro modo, no se hubiera podido lograr.