
La flexibilidad cognitiva permite conectar ideas, cultivar un pensamiento flexible, imaginar y tener comprensión lectora, por ejemplo.
Flexibilidad cognitiva es una capacidad intelectual que posibilita una rápida y efectiva adaptación a ideas, actividades o situaciones nuevas. Esta habilidad mental favorece la toma de decisiones, la resolución de problemas y la transferencia de aprendizaje.
La flexibilidad cognitiva es una de las funciones ejecutivas del cerebro, conjunto en el cual aparecen además el control inhibitorio (esencial para la autorregulación y no actuar por impulso) y la memoria de trabajo. Esta última permite almacenar, procesar y gestionar información en pos de la comprensión y el razonamiento para múltiples actividades cotidianas.
Es importante saber que la flexibilidad mental no es innata, sino resultado de una predisposición genética potenciada con la exposición a estímulos ambientales. Para desarrollar y fortalecer esta capacidad hay que entrenarla con aprendizajes y experiencias desafiantes. Aprovechar los beneficios de la neuroplasticidad realizando desde edad temprana ejercicios que exijan un cambio de estrategia, la búsqueda de soluciones o ajustarse a reglas variables es útil para trabajar la flexibilidad cognitiva.
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ResumenImportancia de la flexibilidad cognitiva
La flexibilidad cognitiva es importante, fundamentalmente, para asimilar saberes tanto del plano académico como del ámbito profesional, evidenciar una gran adaptación conductual y alcanzar un buen nivel de resiliencia emocional. Permite, asimismo, desenvolverse con seguridad y confianza frente a desafíos e imprevistos.
En la infancia, la flexibilidad cognitiva sirve de base para la adquisición de conocimientos y para ir cultivando el poder de adaptación desde temprana edad. Ayuda a los niños a ir desarrollando habilidades sociales, regular mejor sus emociones y tolerar cambios de planes sin sentir frustración. También les aporta una gran apertura mental, condición que despierta la empatía, la aceptación de diferentes puntos de vista y facilita los acuerdos.
La flexibilidad cognitiva es una aliada de la evolución personal desde la niñez. Con ella es factible evitar la rigidez mental y progresar a nivel social, académico y laboral. Garantiza, incluso, valerse de la creatividad y la cognición para aprender y tener una buena calidad de vida por más transformaciones o circunstancias inesperadas que se afronten.

El mindfulness es clave para mejorar la flexibilidad cognitiva y alcanzar bienestar psicológico.
Principales características
Conocer las principales características de la flexibilidad cognitiva permite entender mejor la relevancia de esta habilidad mental.
Como responsable del control ejecutivo del cerebro, el lóbulo frontal tiene un rol central en el desarrollo de la flexibilidad cognitiva. En particular, la corteza prefrontal posee un protagonismo central en la regulación de la atención y del control inhibitorio, así como en el proceso de combinar información para crear soluciones novedosas y efectuar tareas cognitivas complejas. El aprendizaje y la toma de decisiones también se benefician con la plasticidad prefrontal.
Es enriquecedor saber, además, que existen pruebas neuropsicológicas estandarizadas para evaluar la flexibilidad cognitiva. Los test más comunes miden la capacidad de aprendizaje de la persona analizada y su habilidad para introducir modificaciones o variar estrategias. Son útiles, asimismo, para estimar la atención selectiva, la inhibición, el poder de adaptación a entornos cambiantes y la atención sostenida.
Según se desprende de estudios científicos, el estrés compromete la flexibilidad cognitiva, obstaculizando la capacidad para hallar soluciones creativas y tener la claridad mental que se necesita para tomar decisiones o cambiar perspectivas. A la vez, tener un estilo de vida saludable que combine nutrición adecuada, ejercicio físico y descanso propicia la flexibilidad cognitiva, un elemento crucial para reducir o controlar el estrés.

El cubo de Rubik es un buen entretenimiento para entrenar la flexibilidad cognitiva adaptando el pensamiento y aplicando múltiples estrategias en pos de la resolución del desafío.
Ejemplos de flexibilidad cognitiva
Los ejemplos de flexibilidad cognitiva sirven para comprender y apreciar cómo es esta habilidad mental en la práctica. A continuación, entonces, sumaremos referencias sobre el uso de esta capacidad intelectual que permite adaptar conductas y pensamientos ante cambios o situaciones novedosas.
La flexibilidad mental es necesaria e ideal en la vida cotidiana, así como dentro del ámbito académico y el plano laboral, para adecuarse de la mejor manera posible a una realidad imprevista.
Alguien que pretende usar el horno microondas para ganar tiempo a la mañana al prepararse un café con leche pero justo sufre un corte de energía eléctrica en su hogar aprovecha su apertura mental para resolver esa dificultad sin desesperarse. Opta, así, por prender una hornalla del horno a gas y calentar su desayuno en un jarrito.
La flexibilidad cognitiva es clave, incluso, para saber adaptarse y resolver exitosamente el problema que surge en una oficina por el error de alguien que, accidentalmente, borró parte de un informe a presentar en el corto plazo. La aceptación inmediata del problema, la regulación de sus emociones y el planteo de diferentes opciones para lograr el objetivo de completar y entregar el documento son cualidades propias de una persona con pensamiento flexible.
Tampoco hay que perder de vista las propuestas lúdicas, los pasatiempos y todos los juegos de entrenamiento mental que invitan a cambiar perspectivas, reglas, focos de atención o estrategias apelando a la creatividad y al poder de adaptación.
El ajedrez, el jenga, los juegos de rol y las actividades artísticas orientadas a completar un dibujo o una narración son ideales para favorecer la neuroplasticidad y mantener la flexibilidad cognitiva bien entrenada.

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