El adjetivo gordo se utiliza para calificar a quien se encuentra excedido de peso. Un individuo gordo, por lo tanto, presenta una cantidad elevada de grasa en su cuerpo. Por ejemplo: «De chico era muy flaco, pero desde que me casé estoy gordo», «El sospechoso del crimen es un hombre bajo y gordo, de cabello rubio», «El médico le dijo a mi hijo que está demasiado gordo y le indicó que vaya a ver a un nutricionista para que lo ayude a adelgazar».
Durante mucho tiempo se vinculó el sobrepeso a un tema estético. Alguien gordo, en este marco, podía ser discriminado o recibir burlas por su apariencia. Sin embargo, aunque estas cuestiones se mantienen, hoy en día se entiende que el exceso de peso es un problema de salud.
Si bien en la actualidad la obesidad ya no se asocia con la belleza, o al menos hacia ese punto de aceptación y respeto estamos caminando como sociedades, no debemos olvidar que el mero uso del término «gordo» puede resultar ofensivo y doloroso para quien lo recibe. De hecho, hacer alusión a cualquier característica física de otra persona para referirse a ella no debería ser una costumbre que adoptásemos con total libertad, sino solamente si ella lo propusiera o asegurara que no le molesta en absoluto.
A pesar de ello, es muy común el uso de la palabra «gordo» como mote. Por lo general se le da un tono cariñoso, en confianza, entre amigos, pero sólo quien haya sufrido sobrepeso sabe cuán difícil es enfrentarse todos los días a las diferencias entre el propio cuerpo y el de la mayoría. No verse reflejado en los modelos de belleza que proponen las industrias del cine y la música tiene consecuencias muy duras en muchos niños, y los conducen a etapas de variados trastornos psicológicos.
Existen diversos motivos que pueden llevar a alguien a ser gordo. Por lo general, se llega a esta condición por la ingesta abundante de alimentos que no son saludables y por la falta de actividad física. Cuando una persona consume alimentos muy calóricos y no realiza ejercicio, las calorías que no se queman se convierten en grasa que se acumula en el organismo.
De manera independiente a los hábitos alimentarios, existen otras causas por las que una persona puede desarrollar obesidad, y esto vuelve mucho más difícil el tratamiento. En algunos casos, ocurre por cuestiones relacionadas con las hormonas, pero también puede darse por problemas emocionales. Enfrentar el sobrepeso es algo especialmente difícil, sobre todo en edad escolar, porque muchas personas encuentran esta característica física graciosa, meritoria de chistes, algo que colabora negativamente con la superación del problema.
Si bien mucha gente aumenta de peso considerablemente por causas ajenas a su alimentación, la creencia popular siempre apunta a que el problema está en «comer mucho». Si tan sólo nos detuviéramos a pensar durante un segundo e hiciéramos una ecuación para calcular cuánto debería comer alguien cuyo cuerpo tiene el triple de masa que el nuestro, nos daríamos cuenta de que esa situación no sería realista. De hecho, hay numerosos casos de individuos que bajan decenas de kilos luego de resolver un problema emocional que los estaba angustiando, sin alterar sus hábitos alimentarios en absoluto.
El gordo, por sus características físicas, sufre un riesgo elevado de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes y otros trastornos. Por eso es importante mantener un peso acorde a la altura.
Gordo, por otra parte, es algo muy grande o que supera las dimensiones corrientes de su clase: «Necesito ayuda: me he metido en un lío gordo», «Mi hermana está lidiando con un problema muy gordo», «El año pasado gané un premio gordo en la lotería».