El griego horízōn llegó al latín como horĭzon, que a su vez en nuestro idioma se convirtió en horizonte. Así se denomina a la línea en la cual, a simple vista, la tierra parece juntarse con el cielo.
Supongamos que una persona se encuentra en el medio del campo, sin ninguna construcción cerca ni tampoco árboles o grandes plantas. Al mirar a lo lejos, observará que, llegado un punto, la superficie terrestre parece encontrarse con el cielo: esa unión es el horizonte.
Existen diversas clases de horizonte: el horizonte real, el horizonte aparente, el horizonte óptico, el horizonte geométrico, etc. En cada caso, la definición varía según el plano que se considera, el punto de vista del observador y otras cuestiones.
Es importante tener en cuenta que el horizonte está vinculado a la curvatura del planeta Tierra y al fenómeno de la refracción. Esto hace que aquello que se halla en el horizonte pueda quedar oculto parcialmente.
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que en el ámbito de la geología el término que ahora nos ocupa fue introducido en ese campo de forma profesional por el geólogo Samuel P. Woodward (1821 – 1865). En concreto, optó por hacer uso de dicha palabra en el año 1856 a través de su obra titulada “Manual sobre Moluscos III”.
De la misma manera, no podemos olvidarnos de la existencia de lo que se conoce como horizonte de sucesos o también llamado horizonte de eventos. En concreto, es un término que se usa dentro del ámbito de la relatividad general para referirse a una hipersuperficie que viene a ejercer como frontera del espacio y el tiempo, lo que trae consigo que los eventos que tengan lugar a un lado de esa no afecten de ninguna manera a un observador que se encuentre ubicado al otro lado de la misma.
Eso sin pasar por alto tampoco que en el ámbito de la química también se habla del horizonte de Cauchy.
El concepto de horizonte también tiene otras acepciones. Puede tratase de un paisaje, un sitio o un límite. Por ejemplo: “Me gustaría viajar gracias a mi arte y llegar a horizontes distantes”, “Los horizontes del reino están bien protegidos por nuestros soldados”, “Los más bellos horizontes comenzaron a sucederse frente a nuestros ojos”.
Horizonte, por otra parte, puede aludir a un periodo temporal que se prevé para algo o a las perspectivas vinculadas a un proyecto o asunto: “Creo que el gobierno debe plantearse un horizonte de tres años para reducir la inflación”, “Tenemos que ver más allá del horizonte cotidiano si queremos que la empresa subsista en el tiempo”, “¿Cuál sería el horizonte a largo plazo de esta iniciativa?”.
Además de todo lo indicado hay que subrayar que existe un vino muy afamado dentro de la Denominación de Origen La Rioja que responde al nombre de Horizonte de Exopto o que hay distintas películas que llevan en sus títulos la palabra que nos ocupa. Un ejemplo de esto último es el filme “Horizontes de grandeza”, que pertenece al género del western y que se estrenó en el año 1958 bajo la dirección de William Wyler y teniendo a Gregory Peck como protagonista.