En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término incandescente. En concreto, es fruto de la suma de los siguientes componentes léxicos de dicha lengua:
-El prefijo “in-”, que significa “no” o “sin”.
-El verbo “candere”, que es sinónimo de “brillar”.
-El sufijo verbal “-esc-”.
-El sufijo “-ente”, que se usa para indicar el agente de la acción.
Este término se emplea para calificar a aquello que, por efecto del calor, se enrojece o emblanquece.
Entre los sinónimos del término que nos ocupa nos encontramos, por tanto, con palabras tales como encendido, candente, ígneo y ardiente. Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con palabras como frío o apagado, por ejemplo.
Una lámpara incandescente, en este marco, es un elemento que, a través del calentamiento de un filamento de metal, genera luz. Estas lámparas, también conocidas como bombillas incandescentes, aprovechan el llamado efecto Joule para calentar un trozo de wolframio gracias a la corriente eléctrica y ponerlo al rojo blanco: es decir, de una tonalidad blanquecina debido a la alta temperatura.
Las lámparas incandescentes fueron inventadas a fines del siglo XIX. Cuentan con una ampolla o bulbo de vidrio, a la cual se la hace vacío o se la rellena de un gas inerte. En el interior aparece el filamento de wolframio que se calienta, hilos de contacto, un alambre para disipar el calor y un conducto de refrigeración. La bombilla también dispone de un pie de contacto eléctrico y de un aislamiento.
Durante mucho tiempo, las lámparas incandescentes estuvieron entre los dispositivos más utilizados para la iluminación. Sin embargo, el desarrollo tecnológico contribuyó a descubrir métodos más eficientes, ya que estas lámparas apenas convierten en luz el 15% de la electricidad que consumen: el resto, lo transforman en calor.
Aunque las bombillas incandescentes cada vez están siendo más sustituidas por las citadas led, no podemos pasar por alto que cuentan con una serie de ventajas entre las que destaca, fundamentalmente, que tienen un precio más económico.
Sus principales aspectos en contra, además de su eficiencia, son que tienen una vida útil mucho más corta que la de las de led, que pueden llegar a alcanzar las 7.000 horas encendidas, o la circunstancia con el régimen permanente. Con esto último a lo que nos referimos es al hecho de que las led consiguen alcanzan su máximo brillo de forma muy rápida y aquellas no.
Cabe destacar que se denomina incandescencia a la emisión de luz que se produce por acción del calor. Los cuerpos incandescentes, de este modo, son calentados hasta que emiten una radiación electromagnética en el espectro visible. Un volcán, por ejemplo, expulsa materiales incandescentes durante una erupción, además de humo.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que el término que ahora estamos abordando es, además, el título de una canción del famoso grupo de rock español Marea. En concreto, esta fue presentada en el año 2000 dentro del álbum “Revolcón”.