En el latín es donde encontramos el origen etimológico del término incrustar. En concreto, deriva de la palabra “incrustare”, que se trata de un verbo que se forma a partir de la suma de dos componentes léxicos de esa lengua: el prefijo “in-”, que entre otras cosas significa “hacia el interior”, y el sustantivo “custra”, que es sinónimo de “costra”.
El término incrustar tiene varias acepciones reconocidas en el diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto puede usarse para aludir a encajar o empotrar un elemento en una superficie dura.
Ajustar, engastar, introducir, empotrar, enquistar o embutir son también otras palabras que funcionan como sinónimos de incrustar. Por el contrario, entre sus antónimos nos topamos con términos tales como desincrustar o sacar.
En el terreno del arte y de la decoración, por lo tanto, incrustar consiste en insertar un metal, un mineral u otro elemento en un material distinto. Las incrustaciones son habituales en la joyería: un anillo de oro puede contar con incrustaciones de diamante, por citar una posibilidad.
Una costra mineral se puede incrustar en una superficie a través de sustancias que se encuentran disueltas en agua. Cuando algo permanece expuesto mucho tiempo a aguas duras, es habitual que se produzca una incrustación calcárea.
De la misma manera, tenemos que establecer que en el ámbito informático también se usa el término que nos ocupa. Así, por ejemplo, se puede emplear para manifestar que se ha incrustado una imagen en un archivo de tipo PDF o bien que se ha incrustado un vídeo en una presentación de clase Power Point.
A la acumulación de plantas, animales o microorganismos sobre una superficie mojada, en tanto, se la llama incrustación biológica. Es frecuente que determinados organismos se incrusten en los cascos de los barcos, provocando diversos inconvenientes.
En el lenguaje coloquial, la noción de incrustar suele usarse para nombrar a lo que ocurre cuando un cuerpo penetra de manera violenta en otro o se adhiere a él. Por ejemplo: “Al quedarse sin frenos, el conductor no pudo evitar incrustar el automóvil en la vivienda”, “Un fuerte remate con la pierna izquierda le permitió al jugador marroquí incrustar el balón en la portería del conjunto rival y marcar el primer gol del encuentro”, “El odontólogo se va a encargar de incrustar el diente postizo apenas se reduzca la hinchazón”.
La incrustación incluso puede vincularse a elementos simbólicos: “Te lo repetiré tantas veces que voy a incrustar la idea en tu mente”, “No sé cómo hacer para incrustar subtítulos en este video digital”.
Además, no hay que pasar por alto que también existe un tipo de luces que se llaman incrustables. Nos estamos refiriendo a halógenos y dispositivos led que si reciben ese nombre es porque se colocan empotrados en lo que es el techo.
Tanto modelos para interiores como para exteriores de vivienda existen dispositivos de ese tipo que tienen entre sus ventajas que son modernos, que apuestan por un estilo discreto y minimalista, que poseen una larga vida útil o que ofrecen una óptima calidad de iluminación para cualquier espacio en el que se encuentren.