En el latín es donde se encuentra el origen etimológico del término indispensable que ahora vamos a proceder a analizar. En concreto, hay que establecer que se trata de una palabra formada a partir de la unión de varios componentes léxicos:
-El prefijo “in-”, que es sinónimo de “sin” y de “no”.
-El componente “dis-”, que se emplea para indicar separación.
-El verbo “pensare”, que se puede traducir como “valorar” o “estimar”.
-El sufijo “-ble”, que significa “que puede”.
La primera acepción del término indispensable mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario refiere a aquello no puede dispensarse. El verbo dispensar, en tanto, alude a entregar o conceder; a absolver de una falta; o a eximir de una obligación.
Sin embargo, el concepto suele aparecer con mayor frecuencia en su segunda acepción. Lo indispensable, en este marco, es lo que resulta imprescindible o necesario.
Por ejemplo: “Cristiano Ronaldo es indispensable en el seleccionado portugués: sin su presencia, el equipo no puede aspirar a competir con las potencias”, “No es indispensable tener un automóvil para conocer los principales atractivos de la ciudad ya que el sistema de transporte público está muy desarrollado y es eficiente”, “Resulta indispensable que el gobierno tome medidas para reducir la inflación debido a que la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos es cada vez más notoria”.
Además de las palabras ya citadas, existen otras que también funcionan como sinónimos del término indispensable. Este sería el caso, por ejemplo, de preciso, vital, esencial, obligatorio o irremplazable.
Por el contrario, entre sus antónimos, hay palabras como secundario, auxiliar, prescindible, excusable o reemplazable, por ejemplo.
Lo indispensable no puede eludirse ni debe faltar. Supongamos que un camino queda cubierto de nieve: ante esta situación, es indispensable que los vehículos lleven cadenas en sus ruedas. Las cadenas actúan como antideslizante, haciendo que las ruedas no patinen y, de este modo, minimizando el riesgo de accidentes. Sin cadenas, en cambio, los conductores perderían el control.
La crisis del coronavirus a nivel mundial también ha traído consigo que se use el término que nos ocupa. Así, por ejemplo, se ha establecido que entre las medidas indispensables que hay que poner en marcha y que los ciudadanos deben cumplir para acabar con esa pandemia es que ellos permanezcan en sus casas confinados. Y es que, de esta manera, se evita que el Covid-19 siga propagándose.
Otro ejemplo puede ser que cuando va a nacer un bebé se establece que es necesario que sus progenitores procedan a comprar una serie de artículos que se consideran indispensables para el cuidado y el bienestar de aquel. Nos estamos refiriendo a ropa, a biberones, a una cuna…
Que una ciudad cuente con parques, plazas y arboledas, por otro lado, es indispensable para que sus habitantes gocen de una buena calidad de vida. Los árboles y las plantas ayudan a purificar el aire con la fotosíntesis, absorbiendo dióxido de carbono y liberando oxígeno. Además generan beneficios psicológicos en las personas al contribuir a la tranquilidad y a la relajación. Por eso es indispensable que las construcciones y el desarrollo urbano no atenten contra la vegetación.
