El término ininteligible, proveniente del vocablo latino inintelligibĭlis. Esa palabra latina podemos establecer que es fruto de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
-El prefijo «in-«, que significa «no» o «sin».
-La palabra «intelligibilis», que puede traducirse como «entendible» y que se forma a partir de estos componentes: el prefijo «inter-«, que es equivalente a «entre»; el verbo «legere», que es sinónimo de «leer» o «escoger»; y el sufijo «-bilis», que se usa para indicar «posibilidad».
Permite calificar a aquello que no es inteligible: es decir, que no puede entenderse.
Entre los muchos sinónimos que tiene la palabra ininteligible podemos destacar algunos tales como incomprensible, críptico, incognoscible, indescifrable o ilegible. Por el contrario, entre sus antónimos están términos como comprensible, legible, descifrable, claro o preciso, por ejemplo.
Diversos factores hacen que algo resulte ininteligible. Lo que no se escucha con claridad, por ejemplo, es ininteligible: «El hombre murmuró algo ininteligible antes de darse vuelta y marcharse ofuscado del lugar», «Juana me gritó algo desde el tren pero, por el ruido, me resultó ininteligible», «¿Qué fue eso ininteligible que te susurró Rafael en la mesa?».
Cuando una persona no domina una cierta lengua, lo expresado en ese idioma le parece ininteligible: «Un joven asiático entró al local diciendo cosas ininteligibles y, como no le entendíamos, se fue», «Esto es ininteligible para mí: está escrito en alemán y yo no manejo ese idioma», «Necesitamos un traductor para que el discurso del empresario ruso no sea ininteligible».
Los contenidos intrincados y profundos, presentados con una prosa oscura o rebuscada, suelen ser ininteligibles. En estos casos, por lo general el autor demanda conocimientos, atención y capacidad de reflexión a su lector u oyente, ya que recurre a expresiones que no se comprenden o asimilan con facilidad. Por eso un joven, después de leer a un escritor experimental ruso, afirma que su novela le pareció ininteligible: no consiguió comprender la historia ni a qué quiso aludir el autor.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que, de manera popular, se suele decir que la letra de las personas que ejercen la medicina es ininteligible. Y es que cuando realizan una receta o escriben un historial es habitual que no se entienda nada de lo que pone porque tienen una escritura rápida y angulosa.
Además de todo lo indicado, tenemos que establecer que el hecho de que un niño o niña tenga un lenguaje ininteligible cuando tiene 3 años y no es capaz de mantener una conservación vienen a dejar patente que tiene un problema. En concreto, es un claro ejemplo de que presenta un retraso en el lenguaje y de que puede sufrir trastornos tales como la disfasia o la dislexia, por ejemplo.
Por último, lo que no puede aceptarse desde una perspectiva moral o religiosa o desde una determinada cultura, también puede mencionarse como ininteligible: «Que haya gente que come carne de perro me parece ininteligible», «Un comportamiento semejante es ininteligible en nuestra religión».