La palabra inmiscible no está contemplada dentro del diccionario de la Real Academia Española (RAE) pero, aún así, es muy utilizada en el ámbito de la química. Según se deduce de la práctica, se trata de un concepto que deriva de miscibilidad, tal como se conoce a la particularidad o propiedad de ciertas sustancias para combinarse o mezclarse en distintas proporciones y formar a partir de ello una solución homogénea.
Lo más común es que esta noción sea aplicada a los líquidos, aunque también puede referirse a materiales sólidos o gases. Cuando dos sustancias tienen la capacidad de constituir una solución homogénea más allá de las proporciones implicadas, se dice que son miscibles. En cambio, si no tienen dicha capacidad, se las calificará como inmiscibles.
Esto quiere decir que es inmiscible toda sustancia que no consigue conformar una franja homogénea de ningún modo. Un ejemplo de sustancia inmiscible es el agua con el éter etílico. La miscibilidad de las sustancias orgánicas y de los lípidos con el agua se encuentra determinada por las propiedades de la cadena de hidrocarburos.
Propiedades de las mezclas inmiscibles
A la hora de determinar o establecer lo que son las propiedades de las llamadas mezclas inmiscibles que tienen lugar dentro del sector químico hay que subrayar que toman protagonismo diversos elementos como sería el caso de la temperatura de transición vítrea. Como Tg se representa dicho valor que hay que subrayar que es doble en cualquier tipo de mezcla inmiscible ya que cada uno de los dos polímeros amorfos que dan lugar a la misma mantienen su propia temperatura de este tipo.
Esto da lugar a que si cualquier científico se pone a analizar una mezcla determinada y sólo descubre una temperatura de transición vítrea su principal conclusión será que aquella es totalmente miscible.
Además de esta seña de identidad subrayada, también es importante dejar patente que dichas mezclas inmiscibles son mucho más frágiles que las que no son de esa misma clase. No obstante, existe una serie de técnicas para conseguir que las mismas alcancen una mayor resistencia.
Técnicas para otorgar más resistencia
Así, entre los métodos empleados para poder lograr ese mencionado objetivo se encuentra, por ejemplo, el proceder a procesarlas bajo flujo gracias a que se forman unos bastones que funcionan como fibras de un material compuesto reforzado.
Otra segunda técnica muy empleada para alcanzar esa dureza de las mezclas inmiscibles es proceder a utilizar cantidades equivalentes de los dos polímeros que dan forma a las mismas. El tercer método que se puede utilizar es el de apostar por incluir un compatibilizante gracias al cual se consigue la unión de una manera mucho más compacta.
Metales inmiscibles
Cuando los metales son inmiscibles, no pueden constituir aleaciones. La mezcla sólo es posible mediante la fundición aunque, si se congelan dichos metales, estos volverán a separarse en fases o capas diferenciadas. El cobre y el cobalto son dos metales inmiscibles, por citar un caso.
Es posible asociar la miscibilidad a la entropía de las sustancias: a mayor entropía, más miscibilidad. Esto explica por qué los gases son generalmente miscibles, a diferencia de los sólidos que suelen ser inmiscibles. Hay, de todas maneras, diversas excepciones, como ocurre con las combinaciones sólidas de níquel y cobre.