El término innato proviene del latín innātus (innasci, «nacer en») y se refiere a aquello que resulta natural para un sujeto ya que nace con él mismo.
Por tanto, partiendo de dicha acepción del término que nos estamos ocupando, podríamos decir que el mismo se podría establecer, de igual forma, como sinónimo de adjetivos como heredado o congénito. Por ejemplo: «El niño sufre de una enfermedad innata», «A veces pienso que la maldad es algo innato del ser humano», «La pobreza nunca debería ser innata».
Innato en la filosofía
El innatismo, por otra parte, es un principio de la filosofía racionalista que surge a partir de la intención de hallar una explicación sobre el origen de los conocimiento que resulte diferente al argumento de las experiencias vividas.
Esta doctrina, por lo tanto, explica que lo siguiente: si el conocimiento no surge a través de la actividad sensorial propia de la experiencia, debe originarse en una fuente diferente. Estos pensadores racionalistas, de este modo, sostienen que las ideas básicas (incluyendo la creencia en un Dios) son innatas.
La mirada de Platón y de otros pensadores
Cuando nace un organismo, pues, ciertas ideas ya forman parte de su esencia. Desde Platón hasta Gottfried Leibniz, pasando por Baruch Spinoza y René Descartes, muchos grandes pensadores han sostenido esta concepción.
A todos estos nombres de figuras importantes dentro de la historia del pensamiento habría que añadir de manera irremediable al lingüista estadounidense Noam Chomsky, autor de un sinfín de documentos sobre diversos aspectos como el lenguaje o la computación, pues el citado innatismo está muy presente en una de sus obras más ilustres: La Teoría de la Gramática Transformacional y Generativa.
Y ello sin olvidar tampoco que es imposible hablar de este tipo de doctrina sin hacer referencia a que sobre la misma también estudiaron y analizaron otras figuras muy importantes como sería el caso del filósofo prusiano Immanuel Kant o los defensores del constructivismo como el científico austríaco Paul Watzlawick o Heinz von Foerster.
Un sistema innato de defensa
Se conoce como sistema inmunitario innato, por otra parte, al conjunto de mecanismos y células que actúan como defensa de un organismo ante posibles infecciones. Esto quiere decir que el sistema logra reconocer de manera genérica a los patógenos y actúa en consecuencia.
La detección de sustancias que no son naturales en los tejidos, la puesta en marcha del funcionamiento del sistema inmunitario adaptativo y el traslado de células inmunes a las zonas infectadas son algunas de las funciones del sistema inmunitario innato.
La diferencia con lo adquirido
A todo ello debemos de añadir que es habitual que cuando se hable de innato surja también el concepto adquirido. Y es que son totalmente lo opuesto. Así, al igual que siempre sucede con la dicotomía blanco-negro, también hay que hablar de innato-adquirido. Una expresión compuesta esta, creada por el psicológico inglés Francis Galton, que se utiliza para debatir si diversos aspectos son frutos del nacimiento o bien su origen es social, familiar, aprendido.
Entre los aspectos que más se han debatido referente a esa dicotomía innato o adquirido habría que hacer referencia a las enfermedades, a los comportamientos de los seres humanos o a diversas características físicas.