Del latín inventum, el término invento se refiere a la cosa inventada o a la acción y efecto de inventar (hallar o descubrir algo nuevo o desconocido). La persona que dedica su tiempo a estos descubrimientos se conoce como inventor.
Los inventos pueden basarse en ideas previas u objetos ya existentes. Sin embargo, el proceso de invención puede incluir modificaciones o innovaciones que derivan en algo inédito. Cuando la creación surge a partir de la inventiva de la persona y sin antecedentes concretos, el invento supone un gran aporte al conocimiento humano.
La protección de los inventos
Los inventos pueden ser protegidos a través de una patente. Este recurso legal implica que la explotación del invento sólo está permitida a quien posee la patente.
Por lo general, el propio inventor se encarga de tramitar y obtener la patente aunque, en ciertas oportunidades, el inventor vende los derechos a una empresa. Una vez que dispone de la patente, la compañía está en condiciones de explotar comercialmente el invento y producirlo a gran escala.
Un recurso para el progreso
El hombre se ha dedicado a la invención desde sus orígenes. El desarrollo del lenguaje (un sistema de signos) suele ser considerado como el primer gran invento de la historia. La mayoría de los inventos físicos (con objetos concretos y reales) que datan de la prehistoria fueron realizados en piedra, como las primeras ruedas.
Muchos son los inventos que han tenido lugar a lo largo de la historia y entre ellos podríamos destacar a varios que se han convertido en elementos imprescindibles de nuestra existencia, que han mejorado nuestra calidad de vida y que nos han hecho que avancemos considerablemente en distintas áreas y facetas.
Inventos más importantes
Así podríamos destacar, por ejemplo, al automóvil como uno de los inventos más significativos. En el año 1885 fue cuando el ingeniero alemán Karl Friedrich Benz llevó a cabo la invención del que está considerado como el primer coche. Y así fue como nació un medio de transporte que revolucionó no sólo la sociedad sino también la comunicación y la economía.
Otro de los inventos que están considerados más importantes a lo largo de la historia es el de la bombilla. El norteamericano Thomas Alva Edison es el padre de la misma que fue desarrollada en el siglo XIX y que igualmente supuso un acontecimiento de gran calado que, sin duda alguna, cambió nuestras vidas. No obstante, no hay que olvidar que esta figura también desarrolló otros inventos significativos como el fonógrafo o el dictáfono.
La penicilina, la píldora anticonceptiva, la radio o la televisión, el teléfono, el ordenador o Internet son otros de los inventos que más nos han marcado y que más nos han servido desde su aparición.
Diversas motivaciones para la creación
La motivación de un invento puede nacer por la necesidad (de satisfacer algo), el afán de lucro o la simple curiosidad. En la mayoría de los casos, de todas formas, se combinan distintas motivaciones.
Además de todo lo expuesto no podemos pasar por alto tampoco el hecho de que en el lenguaje coloquial utilizamos el término invento para referirnos a la mentira que alguien nos ha contado.