Para poder conocer el significado del término irrelevante se hace necesario, en primer lugar, descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos subrayar que se trata de una palabra que deriva del latín. Exactamente es el resultado de la suma de los siguientes componentes léxicos:
-El prefijo “in-”, que significa “no” o “sin”.
-El verbo “relevare”, que puede traducirse como “erguir” o “levantar”.
-El sufijo “-nte”, que se usa para formar adjetivos.
Cuando algo no tiene relevancia, se lo califica como irrelevante. La idea de relevancia, a su vez, alude a la importancia o la trascendencia.
Lo que carece de interés, preeminencia o jerarquía es irrelevante. Por ejemplo: “El jugador estadounidense llega al equipo capitalino tras un paso irrelevante por la liga turca”, “El presidente consideró que el informe presentado por el organismo internacional es irrelevante”, “Me resulta irrelevante lo que las personas piensan sobre mí”.
Supongamos que dos economistas participan de un debate en televisión. Uno de los expertos menciona que, en su opinión, la situación del país es positiva ya que los salarios aumentaron en promedio un 10% en el último año. El otro especialista, al escuchar este argumento, asegura que ese dato es irrelevante debido a que la inflación, en el mismo periodo, fue del 25%. Para este economista, la subida del salario no tiene relevancia frente a una inflación tan elevada: los trabajadores, en definitiva, perdieron poder adquisitivo pese a ganar más.
En el ámbito de la psicología se utiliza el término que nos ocupa. En concreto, se usa para hacer referencia a esos pacientes que tienen el problema de que se sienten irrelevantes, que tienen la «angustia» de no sentirse ni vistos ni reconocidos no solo a nivel profesional sino también a nivel personal.
La manera que se tiene de evitar que alguien de nuestro entorno se sienta irrelevante es pidiéndole opinión sobre distintos asuntos, felicitándole por los logros que consiga, interesándose por él, agradecer su trabajo o su apoyo…
Se conoce como conclusión irrelevante, en el terreno de la lógica, a una falacia que presenta un argumento válido pero que esgrime como conclusión una proposición distinta a la que debería probar.
“Clara es una buena persona, solidaria y muy agradable. Por eso debe debería graduarse con un promedio excelente” es una expresión con una conclusión irrelevante. Que Clara tenga condiciones morales y características personales positivas no tiene nada que ver con su situación académica. Para que la conclusión sea “debería graduarse con un promedio excelente”, la premisa inicial tendría que ser “Clara es muy inteligente y aplicada en el estudio”, por mencionar una posibilidad.
También tenemos que señalar la existencia del libro “La estrategia del océano azul: Cómo crear en el mercado espacios no disputados en los que la competencia sea irrelevante”. Está escrito por W. Chan Kim y Renee Mauborgne, se publicó en 2005 y gira en torno a los mercados, a las competencias y los diferentes movimientos estratégicos que existen dentro de aquellos en pro de que las empresas puedan alcanzar sus objetivos y metas. Empresas de las que también se abordan otras estrategias que pueden ser llevadas a cabo con el mismo propósito.