Un legado es algo que se deja o transmite a otras personas.
Legado es un término derivado del vocablo latino legātum. En el lenguaje cotidiano, la idea hace referencia a los elementos materiales o simbólicos que una persona deja a sus sucesores.
El legado puede asociarse a una herencia. Se trata de aquello que un individuo transmite a otros sujetos, por lo general sus descendientes, discípulos, aprendices, etc. En algunos casos esa transmisión es voluntaria y concreta, aunque también el legado puede constituirse mediante el ejemplo y los valores éticos de alguien.
Por ejemplo: «El compromiso social es el mayor legado que me ha dejado mi padre», «Cuando pasen los años, este gobierno será recordado por la pobreza que nos dejó como legado», «La familia del escritor ha donado su legado a la Biblioteca Nacional».
TemasEjemplos de legado
Supongamos que un director técnico de fútbol trabaja durante ocho años en un club. Cuando finalmente abandona su cargo, los periodistas destacan el legado que el entrenador deja en la institución, notorio en cuestiones como una cierta forma de jugar, un compromiso con el profesionalismo y los numerosos futbolistas que ayudó a formar.
Un restaurante, en tanto, puede ser el legado de un padre a sus hijos. Este hombre abrió el local y trabajó en él durante toda su vida. Cuando muere, sus hijos quedan al frente y asumen como propietarios.
A una herencia se la puede denominar legado.
El concepto en el derecho
En el plano legal, el legado es una disposición que permite a una persona ordenar la transferencia, una vez que se produzca su fallecimiento, de uno o más bienes a un beneficiario (que recibe el nombre de legatario). Esta decisión que tiene que ser respetada por los herederos.
Otro nombre por el que se conoce el legado en el ámbito del derecho es manda. Este acto lo debe llevar a cabo la persona que desea otorgar una parte definida de sus bienes a un tercero y debe dejar constancia de su voluntad en su testamento. Es importante entender que se trata de bienes individuales y no de partes del patrimonio total.
Además de la disposición, este nombre lo reciben los bienes que son objeto de la misma: en otras palabras, se dice también que los beneficiarios (o legatarios) reciben un legado. Por lo general, los legatarios gozan de un número de derechos bastante menor al de los herederos cuando llega el momento de la administración de la herencia y de su defensa.
Esta diferencia de derechos se puede apreciar, por ejemplo, en los casos en los que tiene lugar un pleito: a diferencia de los herederos, los legatarios no pueden representar el patrimonio hereditario en el proceso. Otro de los derechos que no reciben los beneficiarios de un legado es a acrecer.
Se conoce como derecho a acrecer a la facultad que los herederos reciben para acrecentar su herencia por medio de una porción de la que correspondía a otro heredero que, por determinadas razones, haya renunciado a la suya. Cuando se da un caso como éste, dicha porción debe ser repartida entre los demás herederos.
Historia del legado como herencia
El legado en este marco tiene una larga historia. Ya en el libro del Génesis de la Biblia se narran los legados que Abraham hizo a sus hijos naturales. El profeta hebreo Ezequiel, por otro lado, habla de la disposición que el príncipe hizo de sus bienes a uno de sus sirvientes. También menciona que los hebreos tenían el permiso de delegar sus bienes heredados a los extranjeros aunque éstos recién podían hacer uso de éstos en el año del jubileo.
En aquella época, los bienes heredados no podían ser dispuestos con total libertad. Los padres, por ejemplo, no podían usar sus inmuebles de manera perpetua sino tomando en cuenta que tras su fallecimiento pertenecerían a sus hijos.
