Las lenguas indígenas son los idiomas hablados por los aborígenes. Se trata de lenguas que son nativas de una región y que emplean para comunicarse las comunidades autóctonas.
Se considera que las lenguas indígenas son mucho más que un recurso comunicativo. Se trata de sistemas de conocimiento y de mecanismos de integración social que hacen a la identidad del grupo y que permiten desde la transmisión de sus ideas hasta la preservación de su cultura e historia.
Características de las lenguas indígenas
Las lenguas indígenas son un símbolo de pertenencia. Su desarrollo se asocia indisolublemente al territorio, reflejando la situación del colectivo de hablantes.
Es importante indicar que las creencias, los valores y los conocimientos en general de los pueblos indígenas derivan de su vínculo con el medio natural. Las lenguas, en este marco, son producto de ese lazo. Al describir su entorno, construyen su su especificidad lingüística.
La modificación del medio natural (por el avance de la urbanización o por la industrialización, por ejemplo), de este modo, afecta a la lengua y a la cultura. Así, preservar el medio también es preservar la lengua.
Situación actual
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), existen unas 6700 lenguas indígenas en todo el planeta. Se estima que el 40% de dichas lenguas están en riesgo de desaparición debido a la discriminación, la asimilación y el analfabetismo, entre otros factores.
Dado que la desaparición de una lengua indígena es una pérdida cultural muy importante que implica que haya menos cosmovisiones y maneras de entender el mundo, la ONU subraya que es necesario trabajar por la preservación de estos idiomas. En este sentido, el organismo declaró el 2019 como Año Internacional de las Lenguas Indígenas para promover la concientización e impulsar acciones conjuntas para mejorar la calidad de vida de los hablantes.
De acuerdo a la ONU, las lenguas indígenas son indispensables para la cohesión social de los pueblos. Se trata de un recurso que contribuye al desarrollo sostenible y a la paz.
Si nos centramos en América Latina, en la región se reconoce la existencia de 522 pueblos originarios que hablan 420 lenguas. Las estadísticas indican que 103 de esos idiomas son transfronterizos porque se emplean en dos o más países. Resulta interesante el caso de Bolivia, cuya Constitución declara 37 lenguas como oficiales, entre ellas el aimara, el guaraní y el quechua.
Ejemplos de lenguas indígenas
El aimara es un ejemplo de lengua indígena. También mencionado como aymara, dispone de numerosas variantes que se hablan en Bolivia, Perú, Argentina y Chile.
El aimara es un idioma oficial en Bolivia y Perú. Una muestra de su relevancia histórica es que, en 1816, la Declaración de Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata se redactó en español, aimara y quechua.
Justamente el quechua es otro ejemplo de lengua indígena. En realidad se trata de una familia lingüística cuyas variantes se hablan en Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina. Debe considerarse, sin embargo, que hay especialistas y entidades que consideran que el quechua es un solo idioma y que las variantes son dialectos.
El guaraní también es una lengua indígena con amplia presencia en América Latina. Se estima que lo hablan unos 9 millones de personas en Paraguay, Bolivia, Brasil y Argentina. El guaraní es uno de los tres idiomas oficiales del Mercado Común del Sur (Mercosur), junto al español y el portugués.
En Oceanía, asimismo, encontramos muchas lenguas indígenas. El tiví, el pitjantjatjara y el arrernte son algunos ejemplos.
Principales amenazas
Las lenguas indígenas están amenazadas por una multiplicidad de factores. Como ya indicamos, estos idiomas están asociados al territorio y surgen de la interacción de los pueblos con su medio ambiente; por lo tanto, el cambio climático y emprendimientos como explotaciones mineras o la construcción de una represa implican un riesgo para ellos.
El Estado también suele atentar contra la conservación de las lenguas indígenas. Hay países que, por ejemplo, niegan a comunidades su condición de población indígena. Es habitual que las autoridades consideren a estas lenguas como dialectos, con lo cual se desvalorizan frente a los idiomas nacionales y oficiales.
Al ser minoritarios, estos pueblos generalmente no son tenidos en cuenta en las políticas estatales. Así, la preservación de la lengua no resulta considerada como corresponde.
Por otra parte, muchos gobiernos tienden a buscar la homogeneidad y rechazan la diversidad. Esa persecución incluye, en ocasiones, la detención de indígenas por la defensa de su territorio y sus costumbres.
No se pueden dejar de mencionar, asimismo, cuestiones históricas y sociales. En la colonización de América por parte de los europeos, los conquistadores buscaron eliminar estos idiomas. Actualmente, por otro lado, los padres indígenas suelen incentivar a sus descendientes a comunicarse en la lengua dominante ya que consideran que eso les permitirá progresar. Cuando la lengua indígena termina siendo hablada solo por los adultos, se dificulta el diálogo intergeneracional.
Defensa de las lenguas indígenas
Frente a todas estas cuestiones, hay quienes defienden y promueven el multilingüismo y la revitalización lingüística de los pueblos. Las lenguas indígenas forman parte del patrimonio cultural inmaterial y son imprescindibles para la conservación de la identidad étnica, la cosmovisión indígena, el folclore y la tradición oral.
Con lenguas en peligro de extinción, los sistemas de conocimiento indígena están en riesgo. Por eso el activismo lingüístico es trascendental.