Lucro cesante es una modalidad de daño material que se traduce en la interrupción de la obtención de ganancias a raíz de un episodio perjudicial. Un perjuicio causado por terceros, una acción ilícita o el incumplimiento de un contrato pueden generar lucro cesante, es decir, el impedimento para percibir, en tiempo y forma, provechos o ingresos económicos legítimos.
Existe dentro del campo de daños materiales un concepto muy vinculado, y similar al de lucro cesante, que se conoce como daño emergente. Así se denomina cuando disminuyen o se pierden montos económicos, facultades o bienes que ya existían y, por lo tanto, la víctima sufre un perjuicio que afecta a su patrimonio. En ambas situaciones, es posible reclamar una indemnización.
La teoría indica que, ante un daño emergente, se procede con una indemnización que no posee carácter punitorio sino que es de índole resarcitoria. Por supuesto, tanto en caso de lucro cesante como en el de daño emergente, es esencial que ante la Justicia se pruebe y acredite debidamente una u otra situación. Lo mismo si el reclamo se moviliza a raíz de un daño moral derivado de expectativas truncadas, padecimientos psicológicos o desequilibrio emocional por culpa de alguien que no cumplió un contrato o generó inconvenientes a la víctima a partir de un acto ilícito.
Al realizar un reclamo judicial por lucro cesante hay que probar el daño señalado.
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ResumenTipos de lucro cesante
Tipos de lucro cesante hay varios. Es posible distinguir, por ejemplo, entre lucro cesante directo y lucro cesante indirecto (cuando se comprueba la existencia de damnificados indirectos, como lo pueden ser los parientes que dependían económicamente de alguien que falleció como consecuencia de un daño).
Se diferencia, de igual modo, entre lucro cesante actual (por daños previos a la causa judicial) y lucro cesante futuro (abarcando daños proyectados más allá de la extensión del litigio).
La clase de daños o la duración o alcance de los mismos, por otra parte, da lugar a categorías como las de lucro cesante por lesiones temporales, lucro cesante por incapacidad total o absoluta y lucro cesante en supuestos de muerte.
Contratos incumplidos o acciones de terceros pueden interrumpir la obtención de ganancias.
Coberturas de seguros
Hay coberturas de seguros y modalidades que contemplan el lucro cesante.
El seguro de lucro cesante, específicamente, resguarda frente a daños por los cuales el asegurador asume la responsabilidad de indemnizar al sujeto asegurado frente al detrimento del rendimiento económico que éste podría haber logrado si no se producía el siniestro puntualizado al efectuar el contrato.
Es muy importante tener siempre presente que tanto las empresas como los trabajadores independientes que se ganan la vida desarrollando activamente una profesión están obligados a asumir una responsabilidad civil. En este contexto, tienen a disposición precisamente un seguro de responsabilidad civil para hacer frente a un eventual pago de indemnizaciones si provocan daños y perjuicios a un tercero a raíz de su actividad. Contar con una póliza de este tipo proporciona la tranquilidad de saber que existe un respaldo en caso de tener que hacer una reparación por algún daño material, físico o económico.
Al gestionar un seguro de comercio, por detallar otra posibilidad, hay que analizar bien las cláusulas porque hay pólizas que excluyen de la cobertura toda cuestión asociada al lucro cesante librándose de indemnizar o responder frente a pérdida de clientela, interrupción del negocio, etc.
Y si la atención la dirigimos a las características propias de un seguro de indemnización, entonces podremos apreciar un interesante abanico de opciones que van desde un seguro de indemnización por incapacidad del trabajador o fallecimiento hasta un seguro de indemnización por enfermedades graves o un seguro de indemnización por accidentes laborales.
El lucro cesante, si se acredita en la Justicia, se indemniza.
Reclamación por lucro cesante
La reclamación por lucro cesante es viable si se puede demostrar que el perjudicado ha visto frustradas ciertas ganancias como resultado de un daño. Es difícil, complejo, el hecho de probar a cuánto asciende la pérdida de ganancia.
La jurisprudencia, sin embargo, marca que es posible alcanzar una indemnización si la persona afectada, a través de un profesional que lo represente en su rol de demandante, consigue aportarle a la Justicia pruebas concretas y fehacientes (peritajes, informes técnicos, testimonios, documentación) acerca del perjuicio, acreditar el nexo causal (la causa y el efecto) que conecta al daño con las ganancias que se han dejado de percibir y establecer el importe económico de ellas.
En esta clase de situaciones hay peritos que se dedican a investigar y a tratar de definir cómo ha podido producirse la pérdida de beneficios, teniendo en consideración que a veces hay más de un factor comprometido o involucrado. Un juicio de esta índole puede movilizarse en base a un accidente de tránsito, un incumplimiento contractual o una interrupción del negocio, entre otras realidades.
Es necesario saber, incluso, que en la mayoría de los códigos civiles, se engloba al lucro cesante regulando los casos de indemnización de perjuicios que surge cuando no se cumplen las obligaciones contractuales pero no suelen aparecer menciones al respecto de la responsabilidad extracontractual aunque sí existe la tendencia de aplicarla allí también, según se deduce al revisar tanto jurisprudencia como doctrina.
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