En el latín es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término madeja que ahora nos ocupa. Exactamente emana de “mataxa”, que puede traducirse como “cordel” e incluso como “hilo”. En el siglo II a.C. ya era usada esa palabra que se considera que, a su vez, deriva del griego “metaxa”, que era como se denominaba a la “seda bruta”.
El término alude al hilo recogido en torno a un aspa.
Entre las palabras que pueden funcionar como sinónimos de madeja nos encontramos con algunas tales como bobina, carrete, ovillo e incluso rollo.
Al disponer un hilo en madeja, resulta sencillo devanarlo. De este modo se facilita el almacenamiento, la comercialización y el transporte de las fibras textiles.
La lana, por ejemplo, suele venderse en madejas. Lo habitual es que la persona que adquiere la madeja de lana, a la hora de utilizarla para tejer, la convierta en un ovillo.
En este punto es importante marcar las diferencias entre las madejas y los ovillos. En las madejas, los hilos se recogen en vueltas de la misma medida. Esta presentación garantiza que la fibra original conserve su elasticidad y que no se deforme. Los ovillos, en tanto, son bolas que se forman a partir de enrollar los hilos sobre sí mismos. Para ir desenrollando el ovillo, alcanza con tirar de su extremo. Por eso, para empezar a tejer, se tiende a transformar la madeja en ovillo.
La madeja, por otra parte, es una comida típica de la región española de Aragón que se elabora con los intestinos y las tripas del cordero. Por lo general se consume como aperitivo o entrada (entrante).
Para preparar madejas, el primer paso es limpiar bien el estómago del animal, enrollarlo y hervirlo en agua salada, que puede condimentarse con ajo, cebolla, pimienta, laurel y alguna bebida alcohólica (como vino blanco o coñac). Una vez que está tierno, se lo saca del agua y se lo hace reposar cerca de una hora. Ya frío y seco, se lo corta en trozos que se fríen en una sartén con aceite. Las madejas se sirven cuando están doradas, espolvoreando un poco de perejil picado por encima.
Este mencionado plato también es muy habitual comerlo en La Rioja, se prepara de manera sencilla en una hora aproximadamente y su elaboración resulta muy barata. A quienes les gusta lo suelen acompañar de una buena copa de un exquisito vino tinto.
Asimismo, tenemos que subrayar la existencia de una expresión popular que utiliza el término que ahora nos ocupa. Nos estamos refiriendo a “enredar la madeja”. Esta se emplea como sinónimo de entorpecer, embrollar, enmarañar e incluso liar. Un ejemplo podría ser: “En el caso del asesinato del político se está enredando la madeja al descubrirse varios secretos peligrosos que guardaba”.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que “La madeja” es el título de una canción de la banda de rock La Vela Puerca. Es un grupo de origen uruguayo que se formó a mediados de la década de los años 90 y que está liderado por Sebastián Teysera y Sebastián Cebreiro.