La metaética es la parte de la ética dedicada al análisis del origen de los principios éticos. Se trata de una disciplina que se centra en los valores morales, considerando si son absolutos o relativos, si tienen existencia independiente de las personas, etc.
Puede decirse que la metaética reflexiona sobre los juicios morales. Se encarga de realizar, desde la filosofía, un estudio sobre aquello que se define como “malo” o “bueno” y sobre las bases de los juicios morales.
La metaética y los juicios morales
La metaética considera la problemática de analizar los juicios morales desde la lógica. Es importante tener en cuenta que no ofrece conclusiones sobre qué es correcto y qué es incorrecto, sino que se orienta al significado de esos juicios y a su estructura lógica.
Por eso, aunque hay distintos modos de entender la metaética, en general se la asocia al estudio formal de los juicios morales más allá de su contenido. En este marco, indaga sobre la objetividad y la subjetividad de la moral.
Diferencias con la ética normativa
Mientras que la ética normativa indica qué es lo que debe hacerse, la metaética enfoca su mirada en el apartado ontológico y en la relación que existe entre los valores morales y el esquema objetivo de la realidad.
En el campo de la metaética es posible diferenciar entre dos grandes teorías. La teoría realista sostiene que los valores morales integran la estructura objetiva de la realidad: es decir, que tienen independencia de la mente. Al describir la realidad, pueden evaluarse como falsos o verdaderos. La teoría antirrealista, en cambio, afirma que los valores no componen esa estructura objetiva y, por eso, no existe un conocimiento moral.
Ley de Hume
En el ámbito de la metaética podemos reconocer algunos problemas, como ser el denominado ley o guillotina de Hume, o también problema del ser y el deber ser. Antes de continuar con su definición, debemos cubrir dos conceptos relacionados:
* oraciones descriptivas: son las que expresan aquello que el caso es (por ejemplo, «las madres son cariñosas»);
* oraciones normativas: a diferencia de las anteriores, señalan lo que el caso debe ser («las madres deben ser cariñosas»).
Pues este problema de la metaética se enfoca en la potencial deducción de oraciones normativas partiendo de las descriptivas. En este marco también entra en juego la importancia de una justificación para cada tipo de oración, así como el camino para conseguirla. Las descriptivas son afirmaciones de la realidad, de manera que su verdad podría probarse por medio de una investigación de los hechos; las normativas, en cambio, vuelven más difícil este cometido.
Problema de la suerte moral
En este caso, estamos ante un problema de tipo ético que se origina cuando se cree adecuada la evaluación moral de un agente aunque la mayor parte de lo que despierta la necesidad de tal evaluación se ve ligada a cuestiones que están más allá de su voluntad. Dicho de otra manera, no es lo mismo evaluar la moral de un acto llevado a cabo a consciencia y con total control, que uno en el que se ve involucrado un individuo sin haber decidido participar de él.
Este problema fue formulado por dos importantes filósofos: el estadounidense Thomas Nagel y el británico Bernard Williams, en los años 1979 y 1981, respectivamente. Existen tres propuestas para solucionar este problema:
* las que niegan la existencia de la suerte moral;
* las que la aceptan, pero niegan o restringen el impacto del control que el agente tiene sobre la situación;
* las que señalan que no es coherente aceptar o negar su existencia.