Mismo es un término con varios usos. Este adjetivo puede usarse para aludir a algo específico y concreto, en el sentido de que se trata de eso y no de otra cosa diferente.
Algunos ejemplos
Si bien este término es de uso frecuente en el habla cotidiana, a continuación exponemos algunos ejemplos para contextualizarlo y facilitar su comprensión: “El muchacho que asaltó la verdulería es el mismo que la semana pasada me robó a mí”, “Este es el mismo bolígrafo que usé para firmar mi primer contrato, hace ya cuarenta años”, “Cada vez que mi hijo va a bailar, usa el mismo pantalón”.
En estos tres ejemplos, el término «mismo» se usa para señalar que se repite una persona o un objeto, que el sujeto o el objeto de dos o más situaciones es uno solo. La intención del emisor puede ser brindar información útil a su interlocutor o bien resaltar este detalle en su discurso para causar diferentes efectos en la otra persona, como ser gracia o sorpresa.
Cosas idénticas
A aquello que resulta idéntico también se lo menciona como mismo: “¡Esa mujer tiene el mismo bolso que yo!”, “La consigna es que todos vayamos vestidos del mismo color”, “Mi abuelo prepara la carne asada del mismo modo que este cocinero”.
Con adverbio o pronombre personal
En ocasiones, el concepto de mismo se agrega a un adverbio o a un pronombre personal para enfatizar lo expresado: “No te preocupes, yo mismo me encargaré de recordarle a tu hermano que debe devolvernos el dinero”, “El gasista me dijo que mañana mismo conseguirá los repuestos y regresará para reparar la estufa”, “Si estás de acuerdo, podemos volver a vernos aquí mismo dentro de dos horas”.
En este caso, el uso de la palabra mismo indica que la persona con la que se relaciona hará un especial esfuerzo para ayudar a otra, por ejemplo, para aliviarla de un peso o restarle una responsabilidad. También puede ser que se sienta en deuda o que haya cometido un error y que de esta manera intente resarcirse. En el primer ejemplo, el emisor se ofrece a hacer algo por su interlocutor para quitarle un peso de encima.
El segundo nos muestra un uso ligeramente diferente, ya que no es un pronombre sino un adverbio de tiempo («mañana») el término que viene acompañado de «mismo». En este caso, la intención es enfatizar que no pasará más tiempo, que la promesa se cumplirá en la fecha especificada. Por último, otro adverbio se combina con este término para ofrecer un significado bien definido: al decir «aquí mismo» no caben dudas acerca del sitio e el que se encontrarán el emisor y el receptor.
Dar lo mismo
La idea de dar lo mismo, por otra parte, se utiliza cuando dos o más elementos o cuestiones resultan indiferentes. Supongamos que varios amigos se reúnen para cenar y están debatiendo qué comida ordenar. Si uno expresa “Me da lo mismo comer pizza o fideos”, está aclarando que acepta cualquiera de las dos opciones. O, dicho de otro modo, que no tiene preferencia por ninguna de las alternativas.
Si bien esta expresión puede usarse para tranquilizar al interlocutor ante la falta de un producto o la ausencia de una posibilidad, similar a lo que ocurre en el ejemplo anterior, también puede resultar ofensiva si se usa con la intención de desmerecer la oferta del otro. No es lo mismo expresar que no tenemos una firme exigencia con respecto a las opciones expuestas por el otro que decirle que todas ellas nos generan indiferencia.
También existe una tercera posibilidad, que no es ofensiva hacia la persona con la que hablamos, sino que indica desprecio o falta de interés hacia una que no se encuentra presente: si estamos enfadados con Marcos y un amigo nos pregunta «¿Te has vuelto a hablar con Marcos?», podemos responder «Mira, no me coge el teléfono, pero me da lo mismo porque ya no me interesa tratar con él».