Oil es un término inglés que no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). El concepto puede traducirse como “petróleo” o “aceite”, de acuerdo al contexto.
Standard Oil, por ejemplo, fue una de las empresas petroleras más grandes del mundo. Fundada en 1870 en los Estados Unidos, tuvo que desmembrarse en varias compañías en 1911, debido a que fue considerada como un monopolio por las autoridades. ExxonMobil y Chevron son algunas de las empresas actuales que surgieron tras el final de Standard Oil.
Es posible encontrar una gran cantidad de compañías que incluyen el término Oil en su denominación, como National Oil Corporation (de Libia), Iraq National Oil Company y Kuwait Oil Company, entre muchas otras. Como puede suponerse, se trata de empresas petroleras que incluyen “oil” en su nombre por su significado en inglés.
Expo Oil & Gas
En varios países se lleva a cabo una exposición petrolera de gran importancia denominada Expo Oil & Gas. En el caso de Colombia, por ejemplo, surgió ante la necesidad de presentar una amplia muestra comercial que resalte lo importante que el sector de hidrocarburos es para el país latinoamericano. La propuesta es organizada por la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros junto con Corferias.
Expo Oil & Gas también se lleva a cabo en naciones como Argentina y México. El objetivo siempre es favorecer el crecimiento de la industria de los hidrocarburos.
Un conjunto de lenguas
La palabra que sí aparece en el diccionario de la RAE es oíl, con tilde en la letra I. Se conoce como lenguas de oíl a unos idiomas que se hablaban en ciertas regiones francesas en la antigüedad, en parte de Suiza, las islas Anglonormandas y Bélgica.
Las lenguas de oíl son definidas como lenguas romances, es decir, que derivan del latín vulgar. De hecho, el francés actual puede incluirse dentro del grupo de lenguas de oíl, aunque incluye otras influencias que no tienen que ver con el latín.
Más allá del francés, actualmente subsisten ciertas lenguas de oíl, aunque de manera marginal y con alcance muy acotado. El valón, que se habla en algunas regiones de Francia, Bélgica y Luxemburgo, es una de ellas.
El predominio del francés estándar sobre las lenguas de oíl
Si bien los varios patrones literarios de las lenguas de oíl en la Edad Media podrían haber derivado en una realidad en la que cada una de ellas conservase su importancia en la zona en la que se hablara, el hecho de que el reino de Francia se centralizara y la influencia que tuvo tanto dentro como fuera de sus fronteras causó que gran parte de dichas lenguas fueran olvidadas a lo largo de varios siglos.
Una de las teorías que explican el predominio del francés estándar se denomina franciana, a raíz de la lengua de oíl homónima que se hablaba en la región de París y, por consiguiente, en la corte de Francia. El idioma franciano se convirtió en la lengua oficial de todo el reino simplemente por ser el que hablaba el monarca y, con el paso del tiempo, pasó a ser la base del francés moderno. Cabe mencionar que, a pesar de que esta teoría se cita con frecuencia en textos de divulgación científica, existen estudiosos que recomiendan desecharla.
Por otro lado se encuentra la teoría de la lengua franca, apoyada por gran parte de los lingüistas dedicados al estudio de las lenguas de oíl y el predominio del francés estándar por sobre las demás. Básicamente, se explica que el francés que impuso la ordenanza de Villers-Cotterêts (un documento que firmó el rey Francisco I en 1539 que, entre otras cuestiones, reformó la jurisdicción eclesiástica) como reemplazo del latín no era una lengua de oíl, sino una administrativa generalizada que se había obtenido a partir de la eliminación de ciertos rasgos regionales, volviéndola entendible para todos (una lengua franca).