OMC es la sigla que identifica a la Organización Mundial del Comercio, una entidad fundada en 1995 cuya base se encuentra en la ciudad suiza de Ginebra. Este organismo también es conocido como WTO ya que, en lengua inglesa, su denominación es World Trade Organization.
La OMC surgió a partir del General Agreement on Tariffs and Trade (GATT), un convenio que lleva a que numerosos países se reúnan de manera periódica para analizar y coordinar sus políticas comerciales. Mientras que la OMC es una entidad de carácter internacional que tiene un alcance bastante amplio, el GATT es un conjunto de normas acordadas entre sus integrantes.
Estructura de la OMC
El órgano rector de la OMC con carácter permanente es su Consejo General, en el que cada uno de los integrantes de la organización tiene su representación. Este consejo dirige y coordina el funcionamiento de diversas unidades de menor rango. De manera periódica, por otra parte, los miembros de la OMC se reúnen en la llamada Conferencia Ministerial.
El epicentro de la OMC pasa por los acuerdos que negocian y suscriben sus miembros, quienes desarrollan intercambios a nivel comercial. Estos convenios son contratos que fijan normativas de carácter jurídico para regular la operatoria.
En noviembre de 2023, la OMC cuenta con 164 naciones que la integran y que forman parte de su estructura. La directora general es la Dra. Ngozi Okonjo-Iweala, una política y economista nigeriana que llegó a su cargo en marzo de 2021.
Cabe destacar que la sigla OMC también permite dar nombre a otras instituciones, como la Organización de Medios de Comunicación Televisión (OMC Televisión) y la Organización Médica Colegial de España.
Críticas a su funcionamiento
Pese a que en las bases de su creación uno de los objetivos fue la institución de una entidad que promoviera el desarrollo, en la práctica existen muchas controversias en torno a la combinación entre comercio y crecimiento; los detractores de la OMC objetan que las causas del mal funcionamiento de la entidad están vinculadas a la falta de propuestas alternativas frente al modelo vigente de comercio, lo que implanta en un sistema sin diversidad y donde el monopolio arrasa con las posibles vías de desarrollo.
También argumentan que el problema fundamental no reside en el tipo de relaciones comerciales sino en la forma en la que se llevan a la práctica. Y notifican de una serie de conductas desleales en torno a la importación de productos que ponen en jaque la producción nacional de los países en desarrollo, destruyendo empresas de carácter nacional y obligándolas a fusionarse con multinacionales para no perecer; induciendo a un proceso de desindustrialización.
Las mayores críticas recaen sobre el funcionamiento de los organismos de Breton Woods: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial: se considera que actúan poniendo en práctica reglas que atentan contra la democracia y que no se caracterizan por ser transparentes. Además se les acusa de firmar tratados bilaterales que se ponen por encima de los derechos de los gobiernos, además de apostar por planes económicos que benefician a los grandes inversores y a las multinacionales.
Si la OMC desarrollara acciones alternativas que manifestaran un deseo de cambio profundo en las sociedades priorizar los acuerdos regionales y poniendo la economía nacional de cada país por encima de los intereses internacionales, posiblemente podría colaborar con un cambio que afectara positivamente el desarrollo local y, con el tiempo esto traería consecuencias a gran escala, que afectarían al plano internacional.
Estamos atravesando un momento de la historia decisivo en materia económica e ideológica y una reformulación de los paradigmas de la OMC y todo lo referente a las relaciones comerciales internacionales podría ser sumamente favorable que, después de este tiempo difícil, accedamos a una realidad más equilibrada para todos.