Un parque ecológico es un territorio que se caracteriza por el cuidado especial que reciben las especies que habitan en él. Lo habitual es que la gestión de estos espacios esté a cargo del Estado.
Los parques son espacios verdes de uso público. Se trata de zonas donde suele haber abundancia de árboles y plantas, con césped y diversas instalaciones (como bancos, juegos infantiles, fuentes y otros equipamientos) que permiten disfrutar del ocio y del descanso.
Ecológico, por su parte, es un adjetivo que refiere a lo que está vinculado con la ecología. Este último término (ecología), en su sentido más amplio, menciona las interacciones que mantienen los seres vivos con el medioambiente.
Finalidad de un parque ecológico
La finalidad de un parque ecológico es proteger el ecosistema en el que se desarrolla, aunque estas regiones también sirven como recreación y permiten que la población conozca la naturaleza de un determinado lugar.
Gracias al cuidado intenso que las autoridades desarrollan sobre los parques ecológicos, las áreas protegidas permiten desarrollar diversas investigaciones y estudios de carácter científico. Un parque ecológico, por lo tanto, ayuda a generar conocimientos valiosos sobre animales, plantas y el resto de los integrantes del ecosistema en cuestión.
Dependiendo de las características formales, un parque ecológico puede clasificarse de distintas formas y recibir diferentes denominaciones. Dentro del grupo de zonas protegidas, es posible hablar de parque nacional o de reserva ecológica, por ejemplo. La especificidad de cada nombre depende de las normativas dispuestas por el país en cuestión.
Algunos ejemplos a nivel mundial
Wikado, Países Bajos
Países Bajos es famoso por su habilidad para aprovechar los beneficios del viento, y este parque ecológico tiene una manera muy peculiar de recordarlo: Superuse Studios, una firma de arquitectos ubicada en Rotterdam, decidió construir en dicha ciudad un espacio dedicado a la recreación haciendo uso de cinco aspas de molino que habían sido desechadas para convertirlas en toboganes, túneles, torres y laberintos. Wikado es un ejemplo muy particular de cómo reutilizar materiales que, de otra forma, habrían sido tratados como meros (aunque colosales) residuos.
Parques recolectores de agua pluvial, Estados Unidos
Uno de los principales problemas de la ciudad norteamericana de Nueva York son las aguas residuales; y es que basta con una pulgada de lluvia para que su sistema de alcantarillado se vea comprometido, lo cual acarrea riesgos de contaminación ambiental y vías fluviales que recorran sus calles. Una excelente forma que el Departamento de Protección del Medioambiente encontró para luchar contra esto fue la creación de parques ecológicos preparados para capturar el agua lluvia. Los más de 10 espacios abiertos cuentan con jardines elevados, barriles, capas subterráneas de almacenamiento de agua y pavimento poroso, que se opone al tradicional asfalto como material de base.
Kilburn Grange Adventure Play Park, Inglaterra
Con un nombre quizás demasiado largo, este parque ecológico fue creado por la compañía Erect Architecture y ofrece un entorno ideal para la diversión y el contacto con la naturaleza. Sus instalaciones cuentan con estructuras ideales para trepar, toboganes, torres y salas al aire libre. Gracias a haber sido construido donde años atrás existía un jardín botánico, se pueden apreciar diversas especies de árboles en toda su extensión. Cabe señalar que gran parte de los materiales usados para la creación de Kilburn Grange eran reciclados y que sus rocas son naturales.
Skinners Shipping Container Playground, Australia
En la ciudad de Melbourne, una compañía decidió que la ciudad podría beneficiarse de un parque ecológico construido a base de contenedores; y no se equivocaba. El peculiar estilo de Skinners invita a la aventura y demuestra que no existen límites para el deseo de reaprovechar estructuras desechadas.