Una perorata es una expresión que resulta poco oportuna o intrascendente, causando molestias e incomodidades. El término suele aplicarse a aquellos discursos o monólogos que no aportan información valiosa y que terminan por aburrir o fastidiar al oyente.
Por ejemplo: “Me aburrió toda la perorata: ¿cuándo van a explicar lo que es realmente importante”, “Deja ya la perorata y ve al grano”, “El gobernador ya cansó a la población con su perorata; es hora de decisiones trascendentes y no de discursos”.
Origen del término perorata
Antes de entrar de lleno en el establecimiento del significado del término, es interesante determinar su origen etimológico. Y en este sentido, podemos decir que deriva del latín perorare, que puede traducirse como “exponer un discurso”.
En la antigüedad, la perorata era la parte más importante del mensaje, aquella donde se exponían y se sostenían las argumentaciones. Con el tiempo, el concepto tomó un matiz irónico, pasando a calificar justo lo contrario.
Acerca del concepto
La noción de perorata, en definitiva, suele aplicarse a aquellas palabras que carecen de importancia y de profundidad. Se trata de un calificativo despectivo, que menosprecia a la expresión en cuestión.
Supongamos que un candidato a presidente brinda un discurso durante la campaña electoral. Sus opositores es probable que lo califiquen como una perorata, señalando que las palabras pronunciadas no son valiosas.
También puede considerarse que la perorata tiene la finalidad de distraer o de confundir a la gente. Cuando un gobernante debe brindar explicaciones sobre algún tema polémico o sobre una denuncia, puede intentar evadirse con una perorata. De este modo, comparecerá en público (incluso puede hablar durante un tiempo extendido), pero no aportará la información de interés para la sociedad.
Perorata en la literatura
Dentro del ámbito literario, tendríamos que destacar la existencia de una obra que precisamente utiliza en su título la palabra que nos ocupa. Se trata de “Perorata del apestado”. En 1981 fue cuando el escritor italiano Gesualdo Bufalino (1920-1996) publicó esta novela que rápidamente consiguió un gran éxito tanto dentro como fuera de las fronteras del país. De ahí que se hiciera con diversos galardones, tales como el Premio Campiello.
Una década después fue llevada a la gran pantalla esa novela, que gira en torno a la vida en un sanatorio para tuberculosos. Allí diversos personajes conviven a diario y comparten sus impresiones acerca de su presente e incluso de cómo esperan que llegue su muerte. Entre todas esas figuras destacan tanto el médico del centro hospitalario, conocido como Gran Flaco, como Marta, una enferma con la que el protagonista vivirá una singular historia de amor.
Por otro lado, también merece la pena resaltar el libro “Peroratas” de Fernando Vallejo, que viene a ser prácticamente un recorrido por las ideas y la visión que del mundo tiene su autor. Así, habla del ser humano como un ente básico que se deja llevar fundamentalmente por dos cosas: el sexo y la alimentación.