
La política educativa debe considerar la capacitación docente.
La política educativa es el conjunto de las acciones del Estado que buscan optimizar las prácticas llevadas a cabo en el ámbito de la educación. Se trata de una herramienta que tienen los gobiernos para involucrarse en el modo en el cual se producen y distribuyen los conocimientos en una sociedad. Hay que tener en cuenta que el acceso a la educación es un derecho humano que todos los Estados deben garantizar.
Es importante indicar que la noción de política tiene varios usos. Puede aludir al gobierno de un Estado; a la actividad desarrollada por quien administra los asuntos públicos; a las directrices que orientan el accionar; o al modo en que se utilizan los medios para cumplir con un objetivo. El origen etimológico del término se encuentra en la expresión griega politiké techne, que puede traducirse como «el arte de las cosas del Estado» o «el arte de vivir en sociedad».
Educativo, en tanto, es un adjetivo que refiere a aquello vinculado a la educación: la enseñanza o instrucción. La palabra tiene su origen etimológico en el latín, siendo el resultado de la suma de varios componentes de esa lengua: el prefijo ex-, que puede traducirse como «hacia fuera»; el verbo ducere, que es sinónimo de «guiar», y el sufijo -tivo, que se usa para indicar una relación activa o pasiva. Un proceso educativo, en definitiva, apunta al desarrollo de las facultades del individuo a través de la transmisión de saberes y valores.


Características de la política educativa
Las políticas educativas establecen pautas de actuación y crean marcos legales en el plano de la educación. Involucran a leyes, resoluciones y reglamentos que determinan la doctrina pedagógica de la nación y fijan sus objetivos.
Entre los avances más importantes que se pueden dar en materia de política educativa están, por ejemplo, los de poner más recursos al alcance de los alumnos más vulnerables, aumentar la partida presupuestaria en ese ámbito, fortalecer y apostar por una ley educativa de calidad y respaldar e impulsar la educación pública.
En este marco, cabe destacar que según la Declaración Universal de los Derechos Humanos la educación elemental debe ser gratuita y obligatoria. Por eso la política educativa de un país siempre debe velar por este derecho como prioridad. La educación pública además tiene que ser de calidad para que la formación sea útil y productiva.

Los programas de becas son un aspecto importante de la política educativa.
Su importancia
La política educativa tiene una gran importancia en una comunidad. A través de ella se definen las características esenciales del sistema educativo: su currículo, la formación docente, el marco normativo correspondiente, etc.
Estas políticas públicas apuntan a alcanzar ciertos objetivos educativos que se consideran claves para el avance de la sociedad. Por un lado, buscan mejorar la calidad educativa: que los estudiantes accedan a contenidos útiles y enriquecedores. Por otra parte, se pretende favorecer la inclusión educativa.
Un aspecto relevante es el financiamiento educativo. Se debe establecer de qué se modo se sustenta la educación estatal ya que quienes no cuentan con acceso a la educación privada disponen de los mismos derechos que aquellos que sí lo tienen. Luchar contra la desigualdad educativa o brecha educativa es clave en todos los niveles. Las diferencias de infraestructura educativa y la deserción escolar están entre las problemáticas que pueden otorgar mayores posibilidades de progreso a ciertas personas y, en contrapartida, afectar negativamente a otras.
No hay que olvidar que los modelos educativos siempre tienen que garantizar que los estudiantes adquieran competencias básicas (como la alfabetización), pero a su vez esa planificación educativa tiene que ir más allá y formar ciudadanos responsables y capaces de integrarse al mercado laboral. Por eso también se promueve la educación bilingüe y la inclusión digital, entre otras cuestiones.

Una política educativa puede incentivar la innovación pedagógica.
Ejemplos de política educativa
En España, por ejemplo, suele haber polémica en torno a la política educativa ya que hay desacuerdos entre las distintas formaciones políticas. De esta manera, lo que se produce es que cada vez que un partido accede al gobierno, establece una ley y unas medidas propias sobre educación que no tienen el consenso de todos los demás. De ahí que cuando es sustituido al frente del país, el nuevo gobierno procede a cambiar esas normas para imponer las suyas mediante una reforma educativa.
Dicha situación es frecuente en otros países. En Argentina, por mencionar otro ejemplo, en 2006 se promulgó la Ley 26.150, conocida como Ley de Educación Sexual Integral (ESI). Esta norma dio lugar al Programa Nacional de Educación Sexual Integral, una política educativa impulsada por el Ministerio de Educación que apunta a garantizar que los estudiantes, de todos los niveles y modalidades y que asisten a establecimientos tanto de gestión pública como privada, tengan acceso a una formación que les permita cuidar su salud y su cuerpo, reconocer la perspectiva de género y valorar la diversidad en materia de sexualidad.
Sin embargo, desde fines de 2023, el gobierno que encabeza Javier Milei rechaza la ESI, modificando esa política educativa al quitarle recursos. Para esta administración, la ESI se basa en un adoctrinamiento ideológico que promueve la corrupción de menores,