La política fiscal es una división enmarcada en la política económica que se encarga de establecer el presupuesto de un Estado, con los impuestos y la variable del gasto público como puntos a considerar para conservar la estabilidad financiera.
Cabe destacar que se conoce como política a la actividad enfocada a la toma de decisiones grupales para lograr cumplir diversos objetivos. Se trata de hacer uso del poder que se ha logrado para resolver los conflictos de intereses que existen en una población o sociedad.
El término política tiene su origen etimológico en el griego y más concretamente en el vocablo polis, que puede traducirse como “ciudad”. Pero no sólo de este emana aquel sino también de lo que se conocía en aquel tiempo como “La Politeia” que era el nombre que los griegos utilizaban para referirse a la llamada “Teoría de la Polis”.
Fiscal, en tanto, procede del latín fiscālis y refiere a aquello que pertenece o guarda relación con el fisco (tal como se denomina al conjunto de organismos públicos destinados a la recaudación de impuestos o el tesoro público en general).
Propósito de la política fiscal
El propósito de la política fiscal es posibilitar el crecimiento de la economía, amortiguar los vaivenes de los periodos económicos y garantizar la administración adecuada de los recursos del Estado. Las medidas de la política fiscal tienen incidencia en el corto plazo en el nivel de empleo, la producción y los precios de mercado.
Por todas estas señas de identidad que tiene la política fiscal, a lo largo de los años la misma se ha convertido en el punto de mira de muchos grupos y pensadores que no han dudado ni un solo momento en ponerla en tela de juicio. Y es que las circunstancias a las que ha llevado en ocasiones han hecho que no todos confíen en la misma.
De esta manera, entre los principales argumentos que se han esgrimido en su contra está el que puede ocasionar una bajada en lo que es la demanda de inversión, puede traer consigo déficit comercial y además se sustenta en que la propensión al consumo no es siempre la misma, sino que es absolutamente inconstante.
La importancia de la ideología
Como toda actividad política, la política fiscal está determinada por la ideología de su diseñador y ejecutor. El gobierno puede implantar una política fiscal expansionista (con un aumento del gasto público o el recorte de los impuestos) o una política fiscal contractiva (que busca recortar el gasto público y/o aumentar los impuestos).
En última instancia, la política fiscal debe servir para distribuir la riqueza de un país y corregir los fallos del mercado. Por cuestiones éticas, se considera que la política fiscal debe favorecer a los que menos tienen para lograr la inclusión social y evitar los estallidos.
El Consejo de Política Fiscal y Financiera en España
Por último hay que subrayar el hecho de que en España existe lo que se conoce como Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Este organismo, que fue creado en el año 1980 y forma parte del Ministerio de Hacienda y Función Pública, tiene como objetivo el conseguir coordinar la actividad financiera del Estado en general, desarrollada en las distintas comunidades autónomas que conforman el país.