Precavido es un adjetivo que se emplea para calificar a la persona prudente, que se conduce con precaución para evitar un riesgo o un eventual daño. Por ejemplo: “Hay que ser precavido con el dinero y ahorrar por si surge alguna emergencia”, “Viajo tranquila contigo porque sé que eres un conductor precavido”, “Si Juan hubiese sido más precavido, no se habría golpeado de esa forma”.
Lo contrario a precavido es temerario o imprudente. Supongamos que una persona debe circular por un camino de montaña que está cubierto de nieve. Si es precavida, colocará cadenas en las ruedas de su automóvil y avanzará a poca velocidad. En cambio, una persona temeraria no se preocuparía por la velocidad ni tomaría ninguna medida respecto a la presencia de nieve en el camino.
Ejemplos de comportamiento precavidos
En el ámbito del fútbol, suele nombrarse como precavido al equipo que destina muchos jugadores a tareas defensivas y cuya estrategia tiende a pensar más en proteger su propio arco que en atacar el arco del rival.
El concepto de precavido también aparece con relación a la administración del dinero. El sujeto precavido es aquel que no gasta más de lo que tiene y que ahorra cuando le sobran ingresos. Su intención es contar con recursos para afrontar gastos inesperados que puedan surgir en el futuro. Las personas que no son precavidas, en cambio, incurren en deudas con frecuencia.
La mirada social
Aunque ser precavido suele considerarse como una cualidad positiva, el exceso de precaución en la toma de decisiones también puede vincularse al temor y a la falta de coraje. Sobre todo cuando la precaución extrema se da en relación con el uso del dinero, puede convertirse en una obsesión que impida disfrutar de la vida con tranquilidad y que conduzca a un estado constante de preocupación y miedo a perderlo todo, aún cuando esto no sea probable.
Sin necesidad de llegar a endeudarse constantemente, hay muchas personas que intentan disfrutar de su salario dándose gustos con asiduidad, para dar más sentido al esfuerzo que realizan en su puesto de trabajo; dependiendo de las aficiones de cada uno, comprarse un álbum de música, una película, salir al teatro o ir a comer afuera con cierta frecuencia no es un signo de falta de responsabilidad, sino de querer distenderse y relajarse haciendo un uso merecido del propio dinero. Un individuo extremadamente precavido, que ahorra por el sólo hecho de no gastar, corre el riesgo de morir antes de aprovechar sus ahorros.
Diferencias entre precavido y preventivo
A menudo se confunden los términos precavido y preventivo, y el diccionario no hace todo lo posible por diferenciarlos adecuadamente, ya que define este último como «alguien que se prepara para enfrentar una situación o un daño con antelación». A simple vista, si observamos el ejemplo del coche que debe recorrer un camino nevado, expuesto unos párrafos más arriba, bien podría decirse que colocar cadenas en las ruedas corresponde a un acto de prevención; y probablemente estemos en lo cierto.
Por lo tanto, es correcto señalar que ciertas acciones pueden servir para calificar a una persona de precavida y preventiva al mismo tiempo. Sin embargo, ahondando más en los significados y matices de estas palabras encontramos que, mientras el precavido se arma para hacer frente a una situación real, el preventivo asume que ésta puede tener lugar en el futuro y por esa razón se prepara para superarla.
Entonces, el conductor que siempre lleva consigo cadenas en el maletero de su coche, por si algún día se encuentra inesperadamente en un camino de nieve, es preventivo, ya que la decisión de contar con el recurso para mejorar la tracción de su vehículo la toma sin saber si algún día realmente lo necesitará.