Presto es un término que procede del latín praestus y puede utilizarse como adjetivo o como adverbio. Puede usarse para nombrar la característica de aquello que se realiza con rapidez o la condición de alguien que actúa con diligencia o que está dispuesto a concretar una acción.
Por ejemplo: «Cuando el entrenador me llamó, yo estaba presto para entrar al campo de juego», «Mi abuelo siempre está presto para ayudar a quienes lo necesitan», «El joven no estaba presto para salir de su casa».
Presto en la música
En el contexto de la música, la noción de presto indica que el tempo de una composición es muy veloz. Esto quiere decir que la obra que debe tocarse presto tiene que ejecutarse a una velocidad superior a 180 negras por minuto, aunque inferior a 200 (ya que, a más de 200 negras por minuto, se emplea el término prestissimo). En este caso, el significado de presto está asociado a su equivalente italiano que puede traducirse como «rápido».
Por lo general, esta indicación de velocidad de ejecución suele asociarse a obras de un cierto virtuosismo, aunque no siempre es así, ya que en la música la velocidad puede servir para expresar ira, desesperación o extrema felicidad, por ejemplo. Además, no es lo mismo un pasaje colmado de ornamentos y con escasos silencios (tiempos en los cuales no se debe tocar o cantar ninguna nota) que una de melodías sencillas, aunque ambas deban reproducirse a la misma velocidad.
Los movimientos
En obras como las sinfonías o los motetes, entre otras que constan de varias partes (denominadas movimientos), es común identificar cada una de ellas por la indicación de velocidad; de esta manera, es posible hablar del movimiento presto de una sinfonía en lugar de especificar su número de orden, por ejemplo, si los otros poseen velocidades diferentes. El típico concierto barroco suele constar de tres movimientos: el primero y el último con indicación allegro y el segundo, adagio.
Resulta importante aclarar que la indicación de velocidad de una obra no debe respetarse obligatoriamente. Cada intérprete es libre de hacer su propia versión, incluso si para ello debe alejarse considerablemente de lo que la mayoría de los músicos han hecho hasta el momento. Del mismo modo, aun cuando se busca recrear la dinámica y el clima deseados por el compositor, todas las anotaciones referentes a la velocidad y la intensidad de ejecución pueden tomarse de manera relativa, es decir, estableciendo el valor para una de ellas y luego ajustando el resto como más cómodo o conveniente resulte al instrumentista.
Presto cambio
En el mundo de la magia y el ilusionismo, especialmente en los retratos que Hollywood hace de éste, se suele utilizar la expresión presto cambio (con sus equivalentes en inglés presto change-o o presto chango) como parte del vocabulario de palabras mágicas.
En este caso, se emplea para hacer alusión a un cambio repentino que tiene lugar frente al público sin que éste sea capaz de entender cómo ha ocurrido.
Otros usos de la noción
«Presto», por otra parte, es el título de un cortometraje producido por Pixar que se estrenó en 2008. Esta obra obtuvo una nominación al Premio Oscar de ese año, que finalmente no ganó.
Un software utilizado en el sector de la ingeniería y la construcción también se denomina Presto. Este programa permite controlar los costos, desarrollar presupuestos y medir tiempos, entre otras cuestiones.
Prestó, con acento en la O, es una conjugación del verbo prestar (entregar algo a alguien, quien luego debe devolverlo); más precisamente, corresponde a la tercera persona del singular en el tiempo pretérito perfecto simple: «Martín me prestó el nuevo libro de Dan Brown», «Debemos agradecer la ayuda que nos prestó el país vecino en esta catástrofe natural».