Proceso es un concepto con varios significados. En este caso nos quedaremos con su acepción como la serie de etapas sucesivas de una operación o un fenómeno. Histórico, en tanto, es aquello vinculado con la historia: el conjunto de acontecimientos sociales, políticos, culturales y económicos de una nación; la exposición y explicación de sucesos del pasado; o la disciplina científica dedicada al estudio y la narración cronológica de eventos pretéritos.
Es fácil comprender, a grandes rasgos o desde el lenguaje cotidiano, qué es un proceso histórico. Sin embargo, para la historia como ciencia, la idea de proceso histórico alude a una noción específica, con ciertas particularidades.
Qué es un proceso histórico
En este sentido hay que decir que un proceso histórico es una sucesión de hechos históricos que se relacionan entre sí y se desarrollan a lo largo del tiempo. Un hecho histórico, a su vez, es un acontecimiento del pasado que tiene relevancia para el historiador (el experto en historia).
Mientras que un hecho histórico tiene una duración acotada, los procesos históricos son más extensos ya que encadenan varios hechos históricos. Puede afirmarse que un proceso histórico es una construcción que surge a partir de la integración de diferentes hechos históricos que mantienen un vínculo.
El caso de la democracia argentina
La recuperación de la democracia en Argentina, que se logró en 1983 tras el golpe de Estado perpetrado en 1976, es un ejemplo de proceso histórico.
En él pueden reconocerse múltiples hechos históricos que de una u otra forma incidieron en su desarrollo, como la formación de asociaciones que reunieron a familiares de detenidos desaparecidos, la organización de la Copa Mundial de Fútbol de 1978 y la derrota en la Guerra de Malvinas.
Hecho y proceso: similitudes y diferencias
Dependiendo del contexto, no siempre es fácil distinguir los conceptos de hecho y proceso histórico, ya que tienen aspectos en común. A continuación veremos algunas de estas similitudes, pero también las contrastaremos con sus diferencias para saber reconocer cada uno en las páginas de la historia mundial. Comencemos por una posible similitud: tanto uno como el otro tienen el potencial de generar cambios de gran importancia, en muchos casos irreversibles, en la vida de una persona, un pueblo o incluso el planeta en su totalidad. El hecho de nacer afecta positivamente a la familia del bebé, así como el impacto de un meteorito en la tierra puede provocar destrucción para millones de personas.
Si bien un proceso histórico también puede marcar un antes y un después en la realidad del ser humano, el hecho tiene la particularidad de ser único e irrepetible: esta característica es ligeramente ambigua, ya que podríamos afirmar que un proceso tal como la recuperación de la democracia Argentina también ocurre solamente una vez, pero la diferencia es que el hecho es un hito, una fotografía de la historia, mientras que el proceso se centra en uno o más objetivo que sí pueden intentarse más de una vez. Dicho de otra manera: puede haber muchos golpes de Estado, pero cada uno será único; en cambio, los varios procesos de un país por volver a levantarse se caracterizan por los suceso que lo comprendan, y no por el objetivo en sí, que es siempre el mismo.
Por último, podemos decir que los hechos históricos no suelen involucrar a tantas personas como los procesos, o al menos tienden a provocar sorpresa, a manifestarse de forma inesperada, mientras que los procesos conllevan extensas etapas de planeamiento y organización que pueden involucrar a varios países, tanto a nivel político como militar y social. Contrastemos la detección del primer caso de COVID-19 con las diferentes medidas que el mundo tomó a lo largo de los años para combatirlo.