Grandes oscilaciones
Según se publica en puntoycoma, el boletín desarrollado por los traductores españoles de las entidades de la Unión Europea (UE) y por otros profesionales de la traducción, es preferible recurrir a la noción de prociclicidad. De todos modos, no hace falta más que buscar en Google para descubrir que muchos medios de comunicación optan por emplear prociclidad.
Prociclicidad y prociclidad, en definitiva, aluden a lo que ocurre cuando los flujos de créditos y capitales se multiplican en un contexto favorable y luego desaparecen si la situación cambia. Este fenómeno provoca espirales que resultan optimistas o pesimistas de manera excesiva, generando consecuencias exageradas.
Es importante tener en cuenta que los ciclos son normales en el terreno económico. La prociclidad aparece cuando las oscilaciones son muy grandes debido a la magnitud de los picos en el auge y de las depresiones en el momento contrario.
De un extremo al otro
Los especialistas indican que la prociclidad se da cuando se pasa del derroche a la austeridad excesiva y viceversa. Esta tendencia suele ocurrir en aquellos sectores de la economía en los cuales la volatilidad de los precios es habitual.
La lógica de la prociclidad o prociclicidad es fácil de comprender analizando la política fiscal de muchos países. Es usual que, en los periodos de bonanza económica, los gobiernos aumenten mucho el gasto público. Luego, en tiempos de recesión y crisis, ese mismo gasto es reducido todo lo posible. Para los expertos, esto provoca que las etapas de crecimiento sean muy marcadas, al igual que los lapsos de contracción económica.
Prociclidad y petróleo
Este flujo de créditos y capitales que pasan de un exceso de abundancia a una sequedad, dependiendo de que la situación sea favorable o alarmante, es bastante evidente en ciertos sectores de la economía, en particular aquellos que están ligados a una volatilidad de precios considerable. El sector del petróleo es uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar.
Tomando como referencia el primer trimestre del año 2015, podemos afirmar que el petróleo llevaba bastante tiempo con precios muy elevados, a excepción de un corto período que tuvo lugar entre 2008 y 2009. Gracias a esta realidad, ciertas industrias se vieron especialmente favorecidas, como ser la de esquisto de Estados Unidos (esquisto es el nombre de las rocas en las que predominan los minerales laminares como el talco, la clorita, el grafito, la mica y la hornblenda).
El periódico inglés Financial Times, dedicado a los negocios y la economía, informó que entre 2007 y 2014 la recaudación proveniente de la industria petrolera en Estados Unidos se calcula en 875 mil millones de dólares, algo que generó una visión extremadamente optimista (uno de los vértices de la prociclidad). Sin embargo, a partir de entonces el precio del petróleo experimentó un descenso acelerado. De hecho, dos importantes banco estadounidenses se vieron en una difícil situación a causa de un crédito puente que superaba los 800 millones de dólares.
Como podemos apreciar, los años de auge de la industria petrolera generaron en los bancos internacionales y las compañías relacionadas una visión excesivamente positiva. Pero, como todo exceso, éste los condujo a tomar decisiones que más adelante los perjudicó, cuando la situación cayó en picado y se revirtió, dejando en un rincón sin salida a muchas grandes firmas. Estamos hablando de petroleras de importancia mundial que estuvieron al borde de la quiebra o directamente quebraron por no contar con el apoyo de sus bancos acreedores.