Lo primero que vamos a hacer es determinar el origen etimológico del término proclive que ahora nos ocupa. Podemos decir que emana del latín, y más exactamente del vocablo proclivis, que es fruto de la suma de dos componentes: el prefijo pro-, que puede traducirse como “delante”, y el sustantivo clivis, que es sinónimo de “cuesta”.
Proclive es un término que se utiliza para nombrar a algo que está inclinado, ya sea hacia adelante o hacia abajo. El término también se usa para hacer referencia a aquel o aquello que es propenso a algo. Sinónimos de proclive son palabras tales como propenso o inclinado.
Por ejemplo: “Los niños que no se alimentan correctamente son proclives a dormirse en clase”, “Este diputado es proclive a las declaraciones polémicas”, “Dicen que las mujeres son más proclives que los hombres a enojarse por problemas derivados de la convivencia”.
Lo proclive, asociado a una predisposición o tendencia
Lo proclive, por lo tanto, está vinculado a una cierta tendencia o a una mayor predisposición. Si se dice que un hombre es proclive a los accidentes, se está haciendo referencia a que dicho sujeto suele sufrir accidentes con una frecuencia superior a la media del resto de las personas.
En un sentido similar, un tenista que es proclive a subir a la red para definir los puntos repetirá dicha acción varias veces en un mismo partido, mientras que un tenista con otra clase de juego jugará desde el fondo de la cancha.
Un movimiento sociopolítico que es proclive a la violencia es aquel cuyas manifestaciones públicas suelen incluir actos violentos. Una agrupación cuyas marchas suelen finalizar con violencia, enfrentamientos con la policía y heridos, pues, es proclive a la violencia.
El concepto en la medicina
Dentro del ámbito de la medicina y la salud es muy habitual que se recurra a la utilización del término proclive. Y es que se determina que unas personas, por su edad o sexo así como por ciertas características de su organismo, son más proclives que otras a padecer una determinada enfermedad.
Buena muestra de ello es que se establece que los ciudadanos de más de sesenta años, con cierta obesidad e incluso con hábitos nocivos para la salud, como el tabaco, son más proclives que otros a sufrir de diabetes.
Otros usos de la noción de proclive
Asimismo han surgido estudios de los más pintorescos que también se basan en la palabra proclive para dejar patente un resultado. De esta forma, por ejemplo, hace relativamente poco tiempo saltó un estudio a la palestra que decía que el miércoles era el día de la semana más proclive para serle infiel a la pareja.
Por otro lado, también se ha dado a conocer que los niños y adolescentes son mucho más proclives a tener adicciones que cualquier otra persona. Y eso es debido a sus necesidades de descubrir el mundo que les rodea.
La noción de proclive puede asociarse, por otra parte, a un apoyo o a tomar partido. Una ciudad es proclive a la independencia de una cierta comunidad cuando, por su historia o por sus gobernantes, tiende a apoyar el movimiento independentista.