Promisorio es algo que acarrea o representa una promesa. La etimología del concepto nos remite a promissum, un término latino.
Por ejemplo: “Es un jugador promisorio al que me gustaría dirigir”, “Auguro un futuro promisorio para estas tierras”, “El cantante tuvo un comienzo de carrera promisorio, pero luego se perdió en la intrascendencia”.
Lo promisorio como algo esperanzador
Lo promisorio se asocia a algo o alguien que genera esperanza. Si el adjetivo se aplica a una persona, suele hacer referencia a que se espera que dicho individuo alcance el éxito profesional o logre desarrollar ciertas acciones positivas.
Cuando Lionel Messi era apenas un adolescente, solía decirse que era un futbolista promisorio. Con esta expresión, se indicaba que, por el talento que ya evidenciaba, podía esperarse que se convirtiera en un gran jugador de fútbol. Con el correr de los años, Messi confirmó dichas expectativas. En otros casos, en cambio, lo que se anticipa no llega a cumplirse.
Suele decirse, por otra parte, que un país o una región tienen un porvenir promisorio cuando existen diversos motivos para pensar que puede alcanzar un desarrollo social y económico importante en los próximos años. Si en una ciudad costera se instala infraestructura turística y se capacita a la gente para desarrollar oficios vinculados al turismo, un observador puede augurar un futuro promisorio ya que es probable que muchos viajeros lleguen al lugar y gasten dinero que quedará para la comunidad.
Cabe mencionar que, si bien sobran ejemplos de este uso del término promisorio en el habla cotidiana e incluso en la prensa y la literatura, no es del todo correcto, ya que en este caso debería optarse por la palabra prometedor. El primero, según el diccionario de la RAE, puede definirse como algo «que en su interior alberga promesa»; el segundo, por su parte, significa sencillamente «que promete».
Un procedimiento civil
Un procedimiento civil denominado juramento promisorio sirve para ilustrar la diferencia entre promisorio y prometedor. Dicho juramento es un compromiso solemne de dar a conocer toda la información que se posea de manera absolutamente objetiva con respecto a las circunstancias de un juicio (en este caso lo realizan los testigos) o de cumplir con lealtad su trabajo (los jurados, peritos, guardianes y magistrados), y se efectúa frente a la autoridad competente, de acuerdo con las formalidades legales.
Por citar dos ejemplos de juramento promisorio, el procurador (la persona que representa a una de las partes en una causa) jura el cumplimiento de sus deberes de forma digna, compasiva, independiente y consciente, mientras que los testigos se comprometen a respetar la veracidad de sus relatos acerca del delito que haya sido motivo del juicio en cuestión. Cabe mencionar que una diferencia principal que tiene con el juramento probatorio, el promisorio no es emitido por una de las partes del proceso, sino por un tercero.
Promisorio vs. prometedor
Habiendo definido las bases de juramento promisorio, contamos con una perspectiva más clara y amplia de la diferencia sustancial entre los términos promisorio y prometedor. El primero sirve para indicar que detrás de una acción se esconde una promesa, un compromiso a futuro; si intentamos decir que el juramento en el cual el testigo asegura que dirá la verdad es «prometedor», incurriremos en un grave error.
El adjetivo prometedor, por su parte, habla de las expectativas que alguien tiene sobre otra persona o suceso, por ejemplo, de la fe en que acarreará un futuro brillante o beneficioso. En sentido estricto, independientemente de su uso en el lenguaje popular, decir que un jugador de fútbol es «promisorio» no refleja su talento, y por eso debería optarse por prometedor.
Otro uso de la noción aparece cuando todo indica que algo será positivo, aunque restan pruebas o confirmaciones sobre su eficacia. En este sentido, un nuevo tratamiento médico puede calificarse como promisorio hasta que se demuestre que, efectivamente, da buenos resultados.