Prosecución es un término con origen en el vocablo prosecutio que refiere al proceso y las consecuencias de proseguir. Este verbo, en tanto, alude a prolongar o mantener aquello que ya se había comenzado.
Si un candidato a la presidencia de un país promete que, en caso de ser elegido, garantizará la prosecución de las obras públicas ya iniciadas, lo que estará diciendo es que no interrumpirá los trabajos en marcha. Por el contrario, dicha promesa supone que las obras continuarán siendo desarrolladas.
Uno de los matices de este término, que puede apreciarse en ciertos contextos, indica la voluntad de continuar a lo largo de un camino a pesar de los potenciales obstáculos. De hecho, en el diccionario de la RAE, el verbo proseguir se define como «continuar algo que se había comenzado», y la última parte de la definición hace referencia a que no se trata de continuar con una actividad indefinida sino, por el contrario, con algo que tiene un principio y un final.
Prosecución en distintos ámbitos
Prosecución puede utilizarse en casos diversos, aunque siempre con dicha idea de la búsqueda de completar algo que hemos comenzado y que tiene una cierta importancia para nosotros. Por esta razón, su uso no es muy adecuado cuando se habla de acciones tales como caminar o mirar, por ejemplo, pero sí para hablar (especialmente cuando las palabras forman parte de un discurso público) o trabajar.
Un abogado puede asegurar que se ocupará de la prosecución de una causa judicial que impulsa aún cuando sufra un revés en una cierta instancia. El letrado insiste en que recurrirá a todos los organismos y cámaras pertinentes para evitar que la causa quedé archivada o se resuelva en su contra, ya que está convencido de tener la razón.
Otro uso del término prosecución puede aparecer cuando un educador comenta que el principal desafío del sistema educativo de su país es lograr la prosecución de los estudios hasta el nivel terciario o universitario. El especialista cree que los jóvenes no deben abandonar la formación antes de llegar a los niveles superiores.
Prosecución también puede emplearse, en ciertos contextos, como sinónimo de persecución, en el sentido de intentar atrapar o lograr algo. Por ejemplo: “Me comprometo a trabajar para la prosecución de los objetivos planteados en la última asamblea”, “La prosecución de negocios rentables debe ser la finalidad de este grupo inversor”.
Un principio jurídico
Las reglas que moldean el juicio de garantías están representadas por los llamados principios fundamentales o constitucionales del amparo, los cuales sirven para regular cada aspecto de procedencia del amparo para poder conocer la manera de tramitarlo, los efectos que puede tener una determinada sentencia y las reglas para conseguir una resolución. Otro nombre por el cual se conocen estos principios es rectores del amparo.
Los principios fundamentales del amparo son varios, y entre ellos encontramos los siguientes: de la procedencia del amparo contra actos de autoridad; de instancia de parte agraviada; de la existencia de un agravio personal y directo; de definitividad; de estricto derecho; de la relatividad de los efectos de la sentencia de amparo; de prosecución judicial.
El principio de prosecución judicial demanda que cualquier juicio de amparo se lleve a cabo teniendo en cuenta todas las reglas que se hallan inscritas en la constitución, así como aquellas que moldean la ley de amparo. Este principio garantiza que los jueces respeten y atiendan las disposiciones legales en todo momento cada vez que tramitan el amparo, de manera que cualquier juicio atraviese un trámite equivalente, sin que el juez pueda actuar de manera arbitraria a la hora de proceder con el juicio de garantías.