Puerperio es un concepto que tiene su origen etimológico en puerperĭum, un vocablo latino. La noción permite nombrar la etapa que atraviesa una mujer después de dar a luz y antes de recuperar el mismo estado que tenía antes de quedar embarazada.
El puerperio también se conoce como cuarentena, ya que el tiempo aproximado que demora la recuperación de la mujer es de cuarenta días. Ese es el lapso que demora la readaptación del aparato reproductor y el regreso de los niveles hormonales a las condiciones que existían antes del embarazo.
Tipos de puerperio
Es importante tener en cuenta que el puerperio es un periodo crítico para la salud de la mujer. Se inicia con el posparto inmediato, compuesto por las dos horas que siguen al alumbramiento. Cuando la recuperación transcurre por las vías normales, se habla de un puerperio fisiológico. En cambio, si surgen complicaciones o alteraciones, el médico diagnosticará un puerperio patológico.
Uno de los problemas que pueden aparecer durante el puerperio son las hemorragias. El profesional de la salud también debe analizar eventuales lesiones en las zonas vinculadas al parto y controlar que no se produzcan infecciones.
Principales cambios
Entre los procesos normales que forman parte del puerperio, se encuentran la ralentización de las pulsaciones cardíacas, la desinflamación de las hemorroides, la readecuación del aparato urinario y diversos cambios anatómicos derivados de la gestación y el propio parto. Veamos algunos de estos cambios en detalle:
- Se elimina el agua: los tejidos atraviesan un incremento de agua durante el embarazo, la cual se elimina a lo largo de la primera etapa del puerperio a través del sudor y la orina, que aumentan, y permiten que el cuerpo deseche alrededor de dos litros. Junto con la pérdida de sangre, la expulsión del contenido uterino, la lactancia y la involución del aparato reproductor, la mujer pierde aproximadamente un octavo de su peso.
- Se modifica el aparato circulatorio: el cansancio propio del parto genera un aumento en la frecuencia cardíaca, la cual vuelve a la normalidad durante el puerperio. En algunos casos, puede ocurrir que se ralentice, lo cual se conoce como bradicardia puerperal. Asimismo, las venas recuperan su fortaleza y, aunque aún duelen, las hemorroides se deshinchan a lo largo de la primera semana.
- Normalización hormonal: el puerperio es el periodo en el cual la mujer recupera el número normal de hormonas estrógenas. También vuelve a la normalidad el funcionamiento de las glándulas endocrinas, luego de la hiperactividad típica del embarazo. La producción de leche se ve estimulada inmediatamente después del parto gracias a la secreción de prolactina por parte de la hipófisis.
- Recuperación del abdomen: la zona abdominal recupera su volumen original, lo cual repercute positivamente en la movilidad del diafragma y, por consiguiente, en el sistema respiratorio. Puede darse una leve dilatación en el intestino y el estómago, y una ligera ralentización de la función digestiva. Durante la primera parte del puerperio, la mujer no suele sentir mucho apetito, aunque sí mucha sed. La normalización del apetito ocurre antes que la de la actividad intestinal.
- Normalización del aparato urinario: los riñones deben soportar un considerable esfuerzo a lo largo de la primera parte del puerperio. La capacidad de la vejiga crece, para recuperarse de la compresión a la que ha estado sometida durante el embarazo, y el vaciado mejora lentamente, con alguna dificultad al principio. Aproximadamente un 3% de las mujeres sufren de inflamación en la vejiga a causa del estancamiento de orina.
- Durante el puerperio, la mujer también puede sufrir la denominada depresión postparto, una serie de alteraciones psicológicas vinculadas a los cambios en los niveles de las hormonas.