El verbo reagrupar se utiliza para aludir a la acción de agrupar nuevamente. Se trata de un proceso que se lleva a cabo en algo que, anteriormente, ya estuvo agrupado (es decir, que ya formaba un grupo).
Por ejemplo: “El presidente pretende reagrupar las oficinas del gobierno, que actualmente se distribuyen en diversos barrios”, “Según los especialistas, los terroristas se quieren reagrupar en zonas más alejadas de las fronteras para que detectar sus operaciones resulte más complicado”, “Reagrupar a las familias que se desarmaron por el conflicto bélico es una prioridad para nosotros”.
Recordemos que un grupo es un conjunto de elementos. Si un grupo se disuelve y los integrantes se separan, luego pueden volverse a unir o vincular: o sea, reagruparse.
Tomemos el caso de los integrantes de una unidad militar que realizan una operación terrestre. Los soldados, en el marco de la campaña, se distribuyen por el terreno, cada uno tomando un rumbo diferente. En un determinado momento, el responsable de la unidad convoca a los miembros para que se reúnan en un punto común. Así estos militares se reagrupan.
La idea de reagrupar también puede hacer referencia a dar forma a un grupo con diferentes características respecto a las iniciales. Supongamos que una persona tenía ordenados sus pantalones en un armario según la estación (pantalones para verano, pantalones para invierno, etc.). Un día decide modificar esa disposición y opta por reagrupar las prendas de acuerdo a su color. Como se puede advertir, la agrupación de pantalones cambia de modalidad y adquiere otro estilo.
En España se habla de reagrupación familiar para dar nombre a un procedimiento que permite a todo un grupo familiar ingresar de forma legal en el país. Para que este proceso pueda comenzar es necesario que al menos uno de los integrantes de la familia se encuentre en España con un permiso válido de residencia que haya sido renovado al menos una vez, es decir que hayan permanecido allí al menos durante un año. En principio, y a menos que surjan complicaciones, esta condición es suficiente para que se complete con éxito.
Sin embargo, al examinar las reglas con mayor precisión, existen ciertas cuestiones a tener en cuenta. Por ejemplo, es necesario que los familiares a los que la persona desea reagrupar dependan económicamente de ella, y que puedan probarlo de forma legal. Además, no es posible reagrupar a toda la familia, sino únicamente al cónyuge o la pareja de hecho, a sus hijos y los propios, así como a los padres o suegros. Entre las excepciones debemos mencionar a los nietos, que no pueden ser reagrupados aunque se trate de niños pequeños.
Los hijos a los que es posible reagrupar son aquellos que aún no hayan cumplido los 18 años, aunque en el caso de reagrupación familiar comunitaria se extiende este límite hasta los 21. Para acceder a este caso especial se requiere la prueba de estudios universitarios en curso; si tienen un contrato de trabajo, entonces quedan excluidos. Los hijos mayores de 21 años solamente pueden ser reagrupados si tienen alguna minusvalía que pueda probarse legalmente y que el gobierno español considere meritoria del soporte económico por parte de sus padres.
Para demostrar la legitimidad de un hijo debemos presentar su certificado de nacimiento. Otro requisito para demostrar que dependen económicamente del solicitante es que éste les haya enviado dinero desde España a lo largo de los últimos años. Cabe señalar que el gobierno español no discrimina a las personas homosexuales, por lo cual la reagrupación del cónyuge o la pareja civil no impone restricciones con respecto al sexo de las partes.
En el terreno de las matemáticas, por último, reagrupar números implica presentarlos de manera diferente aunque equivalente. Así se facilita el desarrollo posterior de los cálculos.
