Reciente es aquello que acaba de producirse o concretarse. Este adjetivo permite calificar a lo que sucedió muy cerca en el tiempo.
Por ejemplo: “El artista canadiense viene a presentar su lanzamiento más reciente”, “El veterinario nos explicó que la herida es reciente y que, por ese motivo, aún no ha cicatrizado del todo”, “El acuerdo de inversiones con los chinos es muy reciente: todavía no podemos saber con precisión cuáles serán sus efectos en la economía”.
Concepto de reciente
Para comprender el significado de la noción, es necesario ubicarse en una línea de tiempo. El presente es aquello que está sucediendo en el momento: el pasado, lo que ya ocurrió, mientras que el futuro es lo que está por venir. Lo reciente, en definitiva, se encuentra en el pasado inmediato.
Supongamos que una persona, en marzo de 2012, dejó un trabajo y se sumó a otra empresa. En los meses siguientes, este individuo podía comentar que tuvo un cambio laboral reciente. Sin embargo, en 2024, el adjetivo ya pierde validez, aunque no existe un límite preciso que establezca hasta cuando algo se considera reciente.
Aquel que sufre la muerte de un ser querido puede sentir que su pérdida es reciente aún uno o dos años más tarde. Un golpe menor en una pierna, en cambio, es reciente unos pocos días. No tiene sentido que un hombre mencione que se golpeó recientemente la pierna si eso ocurrió cinco años atrás.
Lo contrario a reciente es algo antiguo o añejo. Una casa de construcción reciente fue levantada poco tiempo atrás: una casa antigua, en cambio, tiene una larga historia.
El término en la informática y telefonía
En el ámbito de la informática y de la telefonía móvil, el término reciente es muy usado para comparar las versiones de un programa o aplicación; dadas las comodidades que ofrece Internet, las empresas desarrolladoras ya no tienen que preocuparse por finalizar sus productos como hace algunas décadas, cuidando que todo funcione a la perfección y que incluyan todas las características que desean, ya que tienen la posibilidad de enviar actualizaciones periódicas a sus usuarios, tanto para corregir problemas como para agregar contenido.
Muchas veces, contar con la versión más reciente de un programa o de un sistema operativo resulta esencial para obtener el mejor rendimiento de un dispositivo dado. Es importante señalar que el hardware (todos los componentes físicos de un sistema informático, los cuales se dividen en mecánicos, electromecánicos, electrónicos y eléctricos) siempre va por delante del software (el plano lógico del sistema, entendido como el conjunto de aplicaciones y el sistema operativo, entre otros componentes intangibles que permiten al hardware funcionar y ser utilizado por los seres humanos).
Cuando sale al mercado un nuevo aparato (hardware), se presenta al público con un determinado sistema operativo (software) que le permite interactuar con él y realizar una serie de funciones, tales como navegar en Internet y disfrutar de aplicaciones y videojuegos. Sin embargo, el verdadero potencial del dispositivo no suele apreciarse hasta varios años más tarde, cuando una serie variable de actualizaciones a su sistema operativo da con la versión que mejor aprovecha los componentes físicos.
En este contexto, es común que la versión más reciente del sistema operativo ofrezca a los usuarios beneficios tales como una mayor velocidad de respuesta en la interacción, un consumo menor de energía, mayor compatibilidad con los diversos programas y periféricos que el aparato en cuestión puede utilizar, y otra serie de mejoras e innovaciones que no habrían sido posibles al momento de su lanzamiento. De este modo, se deja claro que el software adecuado para un aparato determinado suele tomar unos cuantos años de investigación y desarrollo, por lo cual siempre llega más tarde.