El primer paso que vamos a dar antes de entrar de lleno a analizar el término resentimiento es determinar su origen etimológico. En concreto, podemos establecer que aquel procede del latín pues es fruto de la suma de tres vocablos latinos: el prefijo «re-«, que es sinónimo de «repetición»; el verbo «sentiré», que es equivalente a «sentir», y el sufijo «-miento», que puede traducirse como «medio».
Resentimiento es la acción y efecto de resentirse (tener un enojo o pesar por algo). El resentimiento se refleja en diversos sentimientos y actitudes, como la hostilidad hacia algo o alguien, la ira no resuelta sobre un acontecimiento, el enfurecimiento o la incapacidad para perdonar.
Por ejemplo: «Siento un gran resentimiento hacia mi jefe desde que me negó el aumento», «El resentimiento no te llevará a ningún lado: tienes que aprender a perdonar», «El joven acumuló años de resentimiento que estallaron cuando decidió poner una bomba en el centro comercial».
El resentimiento y el pasado
El resentimiento es la continuación de un sentimiento negativo. Una persona puede enojarse con otra y sentir odio o ira durante un tiempo. Si dicho odio no cede, puede hablarse de resentimiento. La única forma de que el resentimiento se vaya es a través del perdón o de la aceptación de las situaciones.
El pasado es un elemento clave del resentimiento, ya que éste siempre está basado en hechos que ya sucedieron y que causaron un dolor que no puede borrarse. Puede vincularse al resentimiento con una herida abierta que no sana y que no deja de producir dolor.
Mostrarse nervioso o muy sensible ante ciertos hechos o personas, tener una actitud hostil, expresar dificultades para confiar en nuevas relaciones y sentirse menospreciado son algunas de las consecuencias del resentimiento.
Cómo superarlo
Muchas son las formas que existen de superar el resentimiento hacia otra persona por un hecho concreto. No obstante, entre las más efectivas y útiles se encuentran las siguientes:
• Aceptar lo sucedido y comprender que la vida está llena de injusticias.
• Mejorar el nivel de autoestima, estableciendo que después de aquel suceso se ha madurado y avanzado y que ahora no se respondería al mismo de idéntica forma.
• Ser positivo. En este caso, siempre hay que encontrarle lo bueno que tiene cada circunstancia o cada hecho, y obviar lo negativo que se posee en ese mismo sentido.
• Mirar hacia adelante. Para poder dejar atrás el resentimiento es fundamental que se tenga claro que aquello es pasado, que nada puede cambiarse y que hay que mirar hacia el futuro con energía y positividad. Lo pasado, pasado está y ya no sirve de nada pensar en él, pues lo único que se consigue es no poder avanzar como se quiere.
• Perdonar. Con esto nos referimos no sólo a perdonar a la persona que nos hizo el daño sino también perdonarnos a nosotros mismos por el mal que nos hayamos podido causar quedándonos anclados en ese pasado.
Los psicólogos recomiendan que la persona que siente resentimiento trate de no quedar encadenada a aquello que lo suscita y que se atreva a liberar el dolor. Es importante tener en cuenta que la persona resentida se hace daño a sí misma con sus sentimientos negativos.