Un retoque fotográfico es el proceso y al resultado de modificar las características de una imagen a través de algún tipo de herramienta digital (software). Se trata de una práctica habitual en las fotografías de los famosos, pero también de productos tales como electrodomésticos o dispositivos tecnológicos, para conseguir que su aspecto sea más impactante.
Cabe destacar que retoque es un término con varios usos. En este caso nos interesa destacar su acepción como la acción que se lleva a cabo para disimular imperfecciones o eliminar los errores de una obra. Fotográfico, por su parte, es aquello vinculado a la fotografía (la técnica que permite capturar imágenes).
Objetivo del retoque fotográfico
El objetivo básico del retoque fotográfico es mejorar la calidad de la imagen. De este modo, si una fotografía salió muy oscura ya que fue tomada con malas condiciones de iluminación, se puede retocar para aportarle claridad y conseguir que sea posible apreciar sus detalles con mayor facilidad.
Asimismo, el retoque fotográfico incluso permite combinar elementos de varias imágenes de diferentes maneras. Supongamos que una foto muestra a tres personas abrazadas: a través de un retoque, es posible eliminar a una de ellas y reemplazarla por otra, o por cualquier objeto, sin que el observador pueda darse cuenta del cambio. En un caso como este, nadie resulta dañado, sino que un artista hace uso de sus herramientas para corregir o alterar una imagen que, de otra forma, no le serviría.
Uno de los procedimientos más usados es el cambio del escenario. Para ello se recomienda partir de una fotografía en la cual los objetos se encuentren sobre un fondo de color liso y que contraste fuertemente con los de los primeros; sin embargo, dada la potencia de las herramientas informáticas actuales, los expertos son capaces de reemplazar casi cualquier fondo con facilidad.
El engaño
La controversia que despiertan las diversas técnicas de retoque fotográfico surge cuando las modificaciones tienen la intención de engañar al observador, ya sea para impulsarlo a comprar un producto que no resulta tan atractivo en vivo y en directo como en las imágenes promocionales, o bien para mostrar a una persona con un aspecto que se encuentra muy lejos de la realidad. Cada uno de estos dos casos deriva en una situación diferente: el primero afecta el bolsillo del consumidor, mientras que el segundo puede colaborar con trastornos psicológicos en personas que sufren por su propia imagen.
Aunque el machismo suele inclinar a la gente a decir (o, incluso, a creer) que el retoque fotográfico sólo se utiliza para alterar o «mejorar» el aspecto de las mujeres famosas, basta con mirar fotos de hombres para comprobar que la brocha no repara en el sexo del sujeto. Si bien cada persona tiene derecho a mostrarse como quiera, las estrellas suelen influenciar fuertemente a sus admiradores, especialmente a los niños y adolescentes, y presentarles la perfección física como un objetivo posible de alcanzar y, peor aún, necesario, no hace otra cosa que someterlos a una presión difícil de afrontar a esa edad.
El retoque fotográfico en las revistas
En la actualidad, la mayoría de las revistas utilizan el retoque fotográfico para borrar las imperfecciones estéticas de las personas famosas. A través de herramientas como el Adobe Photoshop o el Corel Photo-Paint, entre otros programas informáticos, es posible quitar las arrugas de la piel, eliminar detalles como cicatrices o manchas, reducir el abdomen y agregar busto.
Dichas opciones, que son tan sólo las básicas, pueden resultar atractivas pero, por lo general, el retoque fotográfico se convierte en una adicción que acaba por cambiar completamente el aspecto físico de una persona, al punto de volverla irreconocible: mucho más joven, delgada, musculosa y hasta con características impropias de nuestra especie, como la ausencia de poros en la piel.