El concepto de retroalimentación no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, en la publicación aparece un término que suele emplearse de manera equivalente: realimentación, que se utiliza para nombrar al regreso de una parte de la salida de un sistema o circuito a su propia entrada.
Podemos determinar, además de lo manifestado hasta ahora, que se trata de un término que tiene su origen en el latín, ya que está conformado por distintos componentes de dicha lengua:
-El prefijo “retro-”, que significa “hacia atrás”.
-El verbo “alere”, que puede traducirse como “consumir” o “nutrir”.
-El componente “-mentum”, que se emplea para indicar “medio” o “resultado”.
-El sufijo “-cion”, que se utiliza para dejar constancia de la existencia de una “acción y efecto”.
Concepto de retroalimentación
La retroalimentación o realimentación supone, por lo tanto, que una proporción de aquello que sale es redireccionado a la entrada. Esto permite regular el comportamiento y controlar el sistema en cuestión.
Es posible advertir la retroalimentación en la informática, la arquitectura, la ingeniería, la biología y la economía, entre otros ámbitos. A nivel general, puede decirse que la retroalimentación implica que la señal que sale regresa a su origen para luego, tras un análisis que permite realizar distintos ajustes, volver a salir.
El regreso de una señal
Puede entenderse a la retroalimentación como un proceso o un mecanismo que contempla el movimiento de una señal en el interior de un sistema. El regreso de la señal a su entrada se denomina bucle de retroalimentación.
La retroalimentación también aparece en el proceso de comunicación. En este caso, está formada por las reacciones inmediatas del receptor frente a un mensaje: estas reacciones llegan al emisor a través de distintos medios y posibilitan un ajuste en la comunicación.
La retroalimentación en el trabajo
Podemos tomar un ejemplo de retroalimentación en el marco laboral. El gerente de marketing les informa a los empleados de su área que tiene una idea para desarrollar una cierta campaña. Tras comunicarles el proyecto, les pide que lo analicen y que, al día siguiente, le realicen una devolución: es decir, le comenten qué les parece, qué cambiarían, etc.
Una jornada después, de este modo, los empleados brindan sus aportes al gerente. Así se produce la retroalimentación, ya que el gerente toma estas nuevas ideas y modifica su proyecto de campaña.
Relevancia del proceso
En materia de retroalimentación es importante conocer además una serie de datos o cuestiones relevantes que dejan constancia de su proceso, de su funcionamiento y de su importancia:
-La persona que lanza un mensaje, lo que se da en llamar emisor, hace utilización de aquella para poder conocer si sus palabras han tenido efecto, para saber si ha conseguido los fines que se había marcado al respecto y en base a los resultados seguir por el cauce marcado o directamente cambiar el mismo.
-Por otro lado, el receptor del mensaje hay que saber que gracias a la retroalimentación puede proceder a influir convenientemente en el emisor al exponer su punto de vista o su opinión acerca de un aspecto en cuestión.
-De manera indiscutible si se lleva a cabo una correcta utilización y gestión de lo que es la mencionada retroalimentación se lograrán unos beneficios notables, comunicativamente hablando, tanto para el emisor como para el receptor.
-También es conocida por el nombre anglosajón de “feedback”.